Agustín Lomeña: se nos va el mejor de una gran generación

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Por edad y porque como periodista autodidacta yo he pasado por muchas redacciones de periódicos y emisoras de radio, tengo que decir, debo escribir que de lo que yo he podido conocer todos estos años, y va ya para cuatro décadas, AGUSTÍN LOMEÑA fue el mejor de una gran generación de periodistas de otra época. Obvio que no puedo contar las vivencias de su mejor amigo, su hermano Juan Gaitán, al que aprecio como persona y como poeta articulista de opinión, pero sobre todo por la amistad que nos une desde hace tantos y tantos años.

No puede haber dos amigos más opuestos ideológicamente que se lleven mejor incluso hablando de política que el magnífico escritor Gaitán y servidor. Les recomiendo el artículo de opinión de hoy de Juan Gaitán en La Opinión de Málaga, es una Oda a la amistad pero sobre todo a la fidelidad al amigo. Yo conocí a Agustín Lomeña, cuando por razones que no vienen al caso, firmaba mis artículos y entrevistas de juventud como Kiko Merchán, en lo que fue la primera etapa del Diario de la Costa del Sol, que fundaron su amigo Manolo J. y él mismo.

La verdad es que aguantar mis inicios en la profesión y al tiempo cada ocurrencia que me encargaba Federico Cuberta, que enorme corazón tuvo siempre, eran dignos del santo Job. Pero ahí aprendí y mucho, a respetar, pese a mis cabreos del momento, a quienes hoy forman el equipo humano de esta casa. Agustín me preguntaba a veces, yo tenía apenas 17 años, si me gustaba tal o cual titular incluso como abordaba sus mejores trazos del lienzo de la información en la portada. Por supuesto, mi opinión era irrelevante pero ejercía en mí un papel de autoestima extraordinario. “¡El famoso Kiko!, que has escrito aquí o pero esto que es”, no se me olvidará nunca, porque dentro de su seriedad era una reprimenda paternal. Porque Agustín Lomeña, perote aloreño, fue un padre periodístico para muchos de nosotros. De la reprimenda al consejo, del consejo a la instrucción de un buen artículo pero por encima de todas las cosas, “libertad de expresión”.

Redactar bien, escribir bien, pero nunca dejéis de opinar libremente y con vuestro propio criterio”, Lomeña dixit. Podría estar escribiendo dos tomos de la vida de mi buen amigo Agustín, pero me sobran tres apuntes y casi diría lo mismo. Periodista de raza, empresario de comunicación, un señor del protocolo y lo institucional elevando a la máxima expresión el Patronato de Turismo de la Costa del Sol que fundó él prácticamente.

Sin embargo, me basta con lo principal: UNA EXTRAORDINARIA PERSONA CON UN CORAZÓN TAN GRANDE QUE AL FINAL NO HA PODIDO AGUANTAR SU INMENSA SABIDURÍA Y EL INMENSO PODER DE SU ALMA LIBRE PERIODÍSTICA. Las futuras generaciones de periodistas deberían conocer su historia, su cátedra y su legado. Su esposa e hijos, sus amigos más cercanos tienen la obligación de dar a conocer y mantener ese legado que pasa a ser un patrimonio de Málaga y la provincia desde su Álora natal para el resto del mundo.

¡Descansa en paz!, amigo mío y sigue vigilándonos de cerca desde tu tribuna celestial a quienes podemos pregonar tus enseñanzas. El escudo de oro de Radio Marca Málaga nunca se ha entregado con más razón humana y periodística que a ti amigo Agustín.

Con tu malaguismo por bandera, hoy más que nunca: ¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último…

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