Una familia con beso común

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Foto: Javier Díaz

La plantilla del Málaga CF rinde pleitesía al escudo que defienden de manera continua. Una familia con beso común.

El malaguismo, como sentimiento, está más fuerte que nunca. Dicen que para alcanzar las cimas más altas debes antes coger el impulso necesario y es descenso al fútbol de barro ha catapultado el amor incondicional de aficionados boquerones. Pero no solo de sus hinchas, sino que se de manera irrefrenable ese sentimiento se ha colado en el vestuario y hasta los propios jugadores son devotos del Málaga CF. Sean canteranos, portugueses con un año aquí o recién llegados. Por primera vez en décadas se puede decir, sin miedo a equivocarse, que el escudo está por encima de todo y de todos. Esto no es fruto de la casualidad, sino la suma de diferentes factores que han convertido al vestuario en una auténtica familia que pelea por un objetivo.

La unión de los miembros de la plantilla es esencial. Por supuesto, en conjunción con el staff técnico del entrenador, Sergio Pellicer y los trabajadores de las diferentes áreas del club. La apuesta por el bloque de la temporada pasada sembró dudas a nivel deportivo que, al menos de momento, están siendo acalladas. Pero no vamos a tratar ahora el rendimiento sobre el verde de los jugadores, sino su integración como grupo. A día de hoy es difícil encontrar un núcleo de futbolistas tan unidos. Las continuas bromas y gestos de cariño que se dedican de cara al público son una muestra de la familia que conforman. Ahora están yendo las cosas bien, pero en un futuro se pueden torcer y cuando tienes que pelear, si es con gente que quieres a tu lado, es mucho más fácil.

Y gran parte de culpa la tiene Sergio Pellicer. Más allá de que te guste más o menos sus planteamientos tácticos, el técnico malacitano es un gestor de vestuario de primer nivel. De repente, esa unión se ha extrapolado a las gradas de La Rosaleda.

Finalmente, parece que el desarrollo del sentimiento de pertenencia con el que abanderó Loren Juarros su proyecto está cuajando. Es un sentimiento generalizado, no solo en el ámbito de cantera. Querer desarrollar los mejores años de tu carrera futbolística en un club como el Málaga porque entiendes que es a lo máximo a lo que se puede aspirar. Es difícil conseguir que esa idea cale al 100%, pero sin duda las cosas están cambiando y va por el buen camino. Muchos ya dicen que el Málaga es el nuevo Betis, que allá donde pueda ir cualquier humano, siempre habrá alguien con la elástica blanquiazul.

Ya el año pasado se creó una sinergia entre aficionados y jugadores que a la postre fue una de las claves esenciales del ascenso malaguista. Cuesta recordar un grupo de profesionales tan querido y respetado por el público de Martiricos. Ese ‘buen rollo’ ha creado hasta un nuevo malaguismo. Atrás quedan las noches de frustración y mala suerte. Ahora, la moneda al aire que suponen algunas acciones del partido, sobre todo en circunstancias adversas, cae de cara. Penaltis, goles en la prolongación, etc. Esto es algo nuevo para el aficionado del Málaga.

Lo que es seguro es que hoy en día todo son sonrisas pese a que aún la situación institucional sea delicada. Son muchas las muestras de los jugadores de amor a estos colores que representan todo lo anteriomente citado. El último que lo ha hecho público, Juanpe. El gaditano no está en un buen momento, pero pese a eso afronta la situación con filosofía y energía. «We have been TRACAMATRACKED«, decía el ‘8’. Ese es otro melón que habría que abrir algún día. Desde que El Kanka, junto a María Peláe, estrenó Una Cosa Inexplicable, el cuadro boquerón no sabe lo que es perder. Espectacular.

Otro ejemplo es Alfonso Herrero. El meta toledano vive sin duda el mejor momento de su carrera. Es totalmente indiscutible y si sigue así se convertirá en uno de los porteros más cotizados de LaLiga Hypermotion. Evidentemente, también en una leyenda del club. Cada jornada demuestra su valía y es un ‘sacadero’ de puntos para el Málaga. En una entrevista ofrecida la semana para MARCA, así hablaba de su estancia en la capital de la Costa del Sol: «Todo. El Málaga, la ciudad, la afición, el cómo me siento con mi compañeros y con la gente del club. Para mí es un privilegio estar aquí. Tengo 30 años, sé lo que digo. Valoro mucho lo que tenemos aquí y se lo digo mucho a la gente joven del club. Hay que valorar las cosas buenas cuando están pasando, no luego con nostalgia».

«Quiero estar en las buenas y en las malas en el Málaga. Quiero estar aquí el máximo tiempo posible. Estoy muy feliz. Quiero llegar aquí a lo máximo, sin ponerle un nombre. Estar aquí mucho tiempo. Tengo mi familia, yo no soy de aquí… pero Toledo está ahí al lado, hay tren (risas). A veces quieres estar muchos años en un sitio y luego no se puede. Pero estoy en mi mejor momento deportivo, porque estoy en mi mejor momento personal y eso es por Málaga«, añadía el arquero. Eso también es sentimiento de pertenencia, aunque no sea de aquí. Hacer que el de fuera defienda tus colores como si fueran los suyos cuando era niño.

Nelson Monte también lo grita a los cuatro vientos. El otro día en Granada tuvo la suerte de anotar su primer gol como futbolista profesional y lo primero que hizo fue besarse el escudo. Esto decía en la previa del partido: «Solo tengo que decir gracias a la afición desde el primer día. Nos acogieron a mí y a mi familia como un malagueño y malaguista más. Solo puedo decir gracias por lo que nos dieron el año pasado y este también».

Dioni, que está firmando un arranque de temporada espectacular, habló tras el choque en Los Cármenes y mostró el orgullo que le genera vestir esa casaca: «Para mí es un regalo cada partido que juego con la camiseta del Málaga«.

Ejemplos podríamos seguir sacando durante semanas. Importante no olvidar el detalle que tuvo Luca Sangalli post-ascenso. El donostiarra no vivió una temporada fácil en cuanto a lo deportivo, pero mostró lo especial que había sido para él con una carta al malaguismo. Destacar cuando escribió que «la conexión entre equipo y afición se dejaba ver en cada desplazamiento, jugamos como local cada partido. Qué bonito es cuando salgo de casa, con Málaga por bandera«. Sin palabras.

Lo que queda claro es que lo que se está gestando en Málaga es algo muy grande. Nadie sabe que deparará el futuro inmediato y a largo plazo en cuanto a lo deportivo, pero este nuevo malaguismo insaciable e incondicional demuestra seguir creciendo paso a paso y con cada vez más energía. Como dijo El Kanka, «que pase lo que tenga que pasar«, pero qué bonito está siendo vivirlo.

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