«Don Fernando Puche, nuestro mejor presidente de la historia»

Mi amigo Fernando Puche nos dejó ayer huérfanos de un referente a todos los que formamos la cada vez más grande Familia Malaguista. El presidente del Málaga CF, porque para mí nunca será un ex sino un ejemplo a seguir de gestión y personalidad en la entidad de Martiricos, marcó un antes y un después en el desarrollo y crecimiento del club costasoleño. Puche fue un grande entre los grandes en nuestra ciudad y en todo aquello que de forma altruista gestionó, ya fuese en el mundo del fútbol o como empresario taurino,  recuperando una plaza de toros de La Malagueta en clara decadencia cuando pudo asumir esa responsabilidad, ¿verdad, amigo José Luis Quiros?.

Como no agradecerle a José Luis que en los años de dificultad bien sorteados por Fernando, cuando uno sabe de su inocencia y que sufre una persecución no hay tren de mercancías que pueda arrollar, todo este tiempo que siguió trabajando con Puche y lo que a su lado lograron juntos en el sector taurino y hostelero al otro lado del Atlántico y en el Caribe. Si les hablo con sinceridad, yo creo que fue el más grande porque fue el mejor presidente de la historia moderna del Málaga CF.

Llegó a la entidad blanquiazul en 1997 y cuando se fue en 2001, un club sumido en el pozo de la Segunda B, estaba consolidado en la Primera División, de la mano del Galgo del Metropolitano, Joaquín Peiró, y jugando los cuartos de final de la antigua Copa de la UEFA. Impresionante progresión. Fernando Puche fue un adelantado de su tiempo, junto a Eduardo Padilla y a Federico Beltrán fueron capaces de devolver al malaguismo su identidad.

Tras el primer ascenso a la categoría de plata del fútbol hispano no dio continuidad a Ismael Díaz, el técnico asturiano, por entender que no estaba aún preparado para los grandes retos que el malaguismo esperaba de su club por historia y prestigio. Con el paso de los años el tiempo ha venido a darle la razón de forma simétrica. Los costasoleños triunfaron e Ismael Díaz no tuvo mucho éxito en su trayectoria profesional como entrenador.

El fichaje de Peiró fue el primer salto de calidad de un conjunto malacitano que eligió a los Edgar, Catanha, vaya pareja extraordinaria, con Sandro, Rufete y Agostinho, entre otros como Roteta o Larrainzar, sin olvidarnos a De lo Santos y poco después a Fernando Sanz o Valcarce entre otros. Aquel cuadro malaguista jugaba de ensueño en la Segunda División y deleitó a los suyos en la categoría de oro del fútbol patrio.

Como todo en la vida hubo un punto de inflexión, la tarde del partido frente al CD Logroñés en la que la continuidad del míster parecía estar en juego. Nada más lejos de la realidad, la tarde antes del encuentro el ‘Presi’, como le gustaba que le llamasen, se reunió en el vestuario con Peiró y los futbolistas y les preguntó si tenían algún problema con el entrenador. Puche y su autoridad que nadie osaba poner en duda. Tres futbolistas dieron el paso para dejar claro que la plantilla si estaba con el técnico madrileño: De lo Santos, Mikel Roteta y Larrainzar. El encuentro lo ganó el Málaga CF 3-2. Como las celebraciones en el antiguo restaurante La Fragata de los logros del equipo en los dos ascensos con todos los medios de comunicación invitados. ¡Que tiempos!, tan cerca y tan lejanos a la vez.

El brillante proyecto de Fernando Puche tuvo a personas fundamentales al lado del Presidente que superó una infancia rodeada de dificultades en el barrio malagueño de Huelin. Julio Bandera, tesorero de la entidad malacitana aquellas temporadas, fue uno de ellos y quizás una de las personas con la que tuvo más confianza en todas las cuestiones económicas del día a día del club costasoleño y de su vida empresarial. Y, por supuesto, Pedro Martín Graciani, amigo y consejero al igual que Manuel Hernandez Navarrete. Manuel ha sido un amigo inseparable hasta el final de Fernando y éste le apoyó siempre que las circunstancias lo permitieron con el Atlético Málaga. Una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa de España con el tándem Navarrete e Isa Guerrero otorgaron al fútbol femenino malagueño sus mejores días de gloria.

Manolo, como le digo yo, ha sido una de las personas más cercanas a Puche durante estos años junto a Javier Souviron, gran fisioterapeuta y recuperador de futbolistas. También Miguel Zambrana, sin ninguna duda uno de los utilleros más importantes que ha tenido el club malacitano. Los denominados “Peiró Boys” han sido un ejemplo hasta el final y futbolistas como el aguerrido e imponente Bravo sobre el terreno de juego, ha sido uno de ellos. Las entrevistas, pero sobre todo mis conversaciones privadas con Fernando, me permitieron conocer mejor a la persona que al dirigente y es ahí donde fraguamos una buena amistad.

Podría contar más anécdotas pero la principal la vive ayer en La Rosaleda. Y debería ser con ello con lo que se quedasen sus familiares más cercanos, su hijo Fernando, al que como sabe tengo un gran respeto y consideración. Al igual que su compañera de estos años, su hijo pequeño y su hermana, que son los que le han cuidado en estos meses de dificultad en su salud. La afición del Málaga CF, siempre es soberana y cuando quiere extraordinaria. Sabe bien quien viene a lucrarse al club y quien viene a lo contrario.

Ayer no pude evitar que se me deslizara una lagrima por la mejilla cuando el minuto de silencio sepulcral se rompió por parte de la grada con un aplauso inenarrable, cuyo sonido retumbando en toda La Rosaleda me permitió recordar la figura del Presidente. La grada malaguista es sabia. A los aplausos al grito de “Fernando Puche…, Fernando Puche…”,  se sumaron lo de Presidente, Presidente y un escalofrío me recorrió la espina dorsal como una mezcla de sensaciones encontradas. Los goles del churrianero Luis Moreno Merino para sellar el ascenso del Málaga CF a la Segunda División del fútbol español. El gol de falta de Bravo para llevarnos a la Primera División de entonces. 

Y ahí con su alma desde su tribuna celestial recordaba dichoso esos momentos FERNANDO PUCHE, con su afición y con sus futbolistas a los que ayer les llevó en volandas a por otra victoria. En el banquillo ya no estaba Peiró, que buenas tertulias van a tener juntos en el cielo, pero estaba Sergio Pellicer, que lo bordó ayer. En el centro del campo tampoco estaban Sandro, ni De lo Santos o el Gato Romero, pero estuvieron unos excelsos Luismi, Manu Molina y Aaron Ochoa. Que forma de controlar la zona ancha del terreno de juego.

La pareja Edgar – Catanha, tampoco jugó frente al Huesca en la tarde de ayer, sin embargo Dioni fue un nueve de excepción una vez más junto a Antoñito Cordero por una banda y Rahmani por la otra. No jugaba Koke Contreras, pero en lo poco que tuvo que hacer Alfonso Herrero, todo genial como siempre. No estaban ni Mikel Roteta, ni Larrainzar, pero Nelson Monte y Galilea, fueron un valladar en la defensa. No vimos la velocidad de Valcárcel desde el lateral defensivo pero sí a un excelso Puga, que fue el mejor del encuentro.

Ni a Rufete y sus galopadas junto a Agostinho por la banda contraria, tampoco hizo falta pues Izan Merino y Dani Sánchez  nos recordaron también la calidad que tienen. Amigo mío y Presidente FERNANDO PUCHE, hay personas que pasan por la vida como el agua que corre de la lluvia a través de los ríos y desemboca en el mar sin provecho alguno para los años de sequía. Otras personas sin embargo, al igual que tú, dejan un legado y una impronta que nunca olvidaremos como esa misma agua llenando nuestros embalses y pantanos o como lluvia fina regando nuestros campos y dando vida a nuestras plantaciones.

Nadie va a olvidar nunca tu legado en el malaguismo y ojalá que sirva de ejemplo para generaciones de dirigentes y propietarios del club en el futuro. ¡Descansa en paz!, amigo mío y ayúdanos desde esa TRIBUNA CELESTIAL MALAGUISTA a que los que seguimos con el “veneno” malaguista en las venas, cada uno desde su posición, podamos ayudar a crear un MÁLAGA CF más grande y, al tiempo, más ejemplarizante para las futuras generaciones que a buen seguro nos han de reemplazar.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.