El único conjunto recién descendido que sigue en la batalla por ascender es el malagueño. El último mohicano se llama Málaga CF.
Un pasito le quedan a los de Pellicer para lograrlo. Qué lejos y qué cerca está. El trabajo de los últimos once meses está por definirse en dos partidos ante un rival muy duro de roer como es el Nástic de Tarragona. Los tarraconenses sumaron en fase regular exactamente los mismos puntos que los boquerones, un total de 70. Ello equilibra la balanza, quizás ligeramente desnivelada por la doble ventaja con la que cuentan los catalanes del ‘factor cancha‘ y en caso de empate, ser equipo de Segunda División.
En esta pieza en particular vamos a poner en valor este hecho, el seguir vivo a estas alturas. Todos sabemos que era el objetivo y que es lo mínimo que se le puede pedir a un club de la entidad del Málaga CF, pero si miramos a los equipos que cogieron el ascensor junto a los malacitanos, vemos que no es algo tan sencillo de lograr.
Comenzamos con el equipo que más ha decepcionado, el Lugo. Los del Anxo Carro no han tenido una temporada fácil. Asentados en la media-baja tabla toda la campaña, no han podido permitirse el lujo de soñar con el ascenso. Tres entrenadores diferentes son seña de que el rumbo deportivo del club no era el adecuado y la décima posición así lo ha reflejado. La temporada la arrancó Munitis en el banquillo y fue relegado en diciembre por Paulo Alves. El portugués no cumplió ni los dos meses para que Roberto Trashorras cogiera el timón del conjunto lucense.
Nos quedamos en el Grupo I para viajar a Ponferrada. Íñigo Vélez fue el técnico encargado de dirigir a los de El Toralín hasta finales de marzo, manteniéndolo en zona playoff gran parte de la temporada. Llegando incluso a coquetear con la segunda plaza y el ascenso directo. De manera sorprendente, fue destituido por Juanfran García, un preparador con la fama de entrenador milagro por la agónica permanencia que logró previamente en el Lugo. Finalmente, terminaron la fase regular en la quinta posición, lo que les obligó a medirse contra el Córdoba en las semifinales del playoff. Los de Iván Ania obtuvieron una merecida victoria en el fuedo de la ‘Ponfe’, por lo que se le ponía bastante cuesta arriba. En la vuelta, los cordobeses vencieron 2-1 y despidieron a los de Juanfran de la posibilidad de ascenso.
Caso similar al del Ibiza. Parecido por el rendimiento en playoff, no por la fase regular. La liga del Ibiza es surrealista. Una primera vuelta para enmarcar hizo que más de uno en Can Misses pensara en cómo iban a celebrar el ascenso, pero la segunda vuelta ha sido un chasco morrocotudo. El equipo conformado por tres ex malaguistas se cayó en la segunda parte del campeonato y pasaron de pelear el ascenso directo a luchar contra el Málaga por la tercera. Cosa que también perdieron. Ello les llevó a enfrentarse contra un Barça B cuyo entrenador declaró que no tenían muy claro si les convenía ascender.
Dicho esto, los catalanes vencieron en el feudo ibicenco 1-2 y en Barcelona golearon 5-3. Se pusieron 0-2 los visitantes con doblete de Escassi y en cuestión de menos de 20 minutos encajaron cinco goles. Es fácil señalar a posteriori, pero el cambio de entrenador (Fernández Romo por Onésimo) a falta de tan poco el final condenó a un Ibiza que llegó a la recta final cuesta abajo y sin frenos.
Y hasta aquí hemos llegado. El único submarino que bajó a las aguas de la Primera RFEF y que sigue con oxígeno es el Málaga CF. Con la incógnita de la competencia real y juventud de la plantilla, sumadas a las dudas constantes sobre las ideas del entrenador, siguen respirando. Y a un escalón de lograrlo mientras que los otros ya cayeron en combate.
Hay una cosa clara, el Málaga tiene que ganar como sea mañana, aunque fuese por un gol; ya que hablamos de un equipo que se encierra bien atrás cuando defiende.
Después puede darse una sorpresa como hizo el Oviedo y ganar 0-2; pero la clave es mañana.
Mañana hay que ganar minimo 2-0 y apretarse bien los machos en Tarragona para quedar 0-0 o maximo 1-0, vamooooos que si se puede.
Está claro que hay que ir a Tarragona con aunque sea con una ventaja mínima para aumentar las posibilidades. En cambio dos goles de diferencia para cualquiera de los dos equipos seria casi definitivo ya que son equipos que encajan pocos goles.
Ganar, ganar, ganar y volver a ganar. Ni empates, ni factor campo ni historias para no dormir. Sólo nos vale ganar, ganar, ganar y volver a ganar.