«¡Dejen de arrastrar el escudo…!»

Cada jornada que pasa en este tramo final de la temporada regular de la Primera Federación, más está siendo manchado el escudo y la historia del Málaga CF, y más vergüenza nos hacen pasar a los que lo sentimos. No puede permitirse lo que está sucediendo. Es deplorable comprobar como un partido tras otro, sea en La Rosaleda o en los campos que toca visitar, el escudo del Málaga CF está siendo arrastrado. ¡Basta ya!

No voy a desdecirme. Dije hace varios meses que este mismo equipo era candidato al ascenso, pero no puedo entender la apatía, desidia, falta de carácter, de ideas, de gen competitivo, etc… de los jugadores que salen al terreno de juego y de un entrenador al que se le ve por momentos a pie de campo, resignado ante los acontecimientos y que reconoce abiertamente, que esta plantilla no estaba planificada para ascender directamente.

Es deplorable que otro rival hundido en la clasificación, prácticamente descendido, con enormes carencias propias de su posición en la tabla como el San Fernando, ponga al Málaga contra las cuerdas, llevándolo al ridículo más espantoso que ni siquiera puede verse enmendado por el gol conseguido en el último suspiro gracias a que el ‘Santo’ Alfonso Herrero, además de parar lo que le llega a su portería, se convierta en delantero para forzar el gol del empate. Lo que en otras circunstancias sería motivo de celebración, no deja de ser otro motivo más de vergüenza.

Lo visto en esta jornada acrecienta la preocupación de cara a las eliminatorias por el ascenso que están a la vuelta de la esquina. Pellicer dispuso un experimento en el primer tiempo en el Estadio Iberoamericano, que trajo como resultado la misma tendencia de los partidos anteriores. Ni un disparo a portería en los primeros 45 minutos frente a nada más y nada menos que el San Fernando, con todo lo que ello implica y dicho con todos los respetos para el equipo de la provincia gaditana. En la segunda parte, Pellicer encomienda el devenir del partido a la frescura del joven Cordero. Ahora es cuando más nos podemos acordar del director deportivo, Loren Juarros, porque de los fichajes llegados de su mano, solo se salva a estas alturas el ‘Santo’ Herrero, y, en ciertos momentos, David Ferreiro al que le falta regularidad y constancia. ¡Qué desastre!

Como ya dije la semana pasada, no toda la culpa es de Pellicer. Los jugadores son corresponsables porque son ellos los que salen al terreno de juego y no responden, ni en defensa ni en ataque. Ya me he referido al director deportivo, que debe compartir al alimón su responsabilidad con el director general, pero por encima de todo, el administrador judicial. José María Muñoz el ‘absolutista’, continúa llevando al club a la descapitalización, siguiendo la inercia que puso en marcha desde su llegada a la poltrona y a la que se ha aferrado y de la que no quiere marcharse de ninguna de las maneras pese a su desastrosa gestión. Sr. Muñoz, por favor, váyase.

Quede claro que faltan dos jornadas para terminar la liga regular y que el equipo, como mal menor, ha certificado su presencia en los ‘play off’. Ahora mismo vemos la situación bastante negra, pero en el momento en el que comience la primera eliminatoria el aficionado va a estar apoyando a los jugadores, quienes tienen que reaccionar de una vez por todas. El ascenso, aunque ahora no tengamos fe en ello, es posible, pero para eso les digo a todos los integrantes del club: ¡Dejen ya de arrastrar el escudo del Málaga! Por afición, por historia, por todos los que han defendido esta camiseta o la sienten como suya, recapaciten y tengan la vergüenza de reconocer los errores que están cometiendo para desde ese punto de inflexión, mejorar y afrontar la fase definitiva con alguna esperanza. No hay tiempo que perder.