‘Generación Z’ al poder

Lo de este Málaga CF tiene mucho mérito. Luchar hasta el final contra viento y marea para salvar un punto, ante uno de los rivales que están llamados a luchar por el ascenso, merece ser reconocido. Me refiero meramente a lo deportivo, a lo que ocurrió en el césped de Orihuela, de lo que se cuece en los despachos con cuentas que arrojan pérdidas en el presupuesto y divorcio entre la administración judicial y los pequeños accionistas, si les parece, les hablaré después.

No entraré a valorar si el partido fue bueno o no. Lo que quiero es resaltar que el equipo llegaba a la cita plagado de bajas por sanción y lesión, con algunos jugadores que han vuelto a la dinámica competitiva sin ritmo tras haber pasado mucho tiempo en la enfermería obligados a sumarse a la causa ante la necesidad, y con los jóvenes teniendo que asumir la responsabilidad como si de veteranos con colmillos retorcidos se tratase. Menudo máster están haciendo chavales como Murillo, Izan Merino, Cordero y Aarón Ochoa, pero es que debo insistir una vez más en que el peso del equipo recae en los componentes de la llamada ‘Generación Z’. Roberto, Dani Lorenzo, David Larrubia, Kevin Medina, Dani Sánchez y Gabilondo, todos ellos menores de 24 años, integran una quinta obligada a tirar del carro. ¿Hasta dónde pueden dar de sí todos ellos?, no lo podemos saber pero sí me atrevo a afirmar que si no llegan las recuperaciones de los lesionados, y los fichajes necesarios en este mercado invernal, el equipo puede llegar muy justo a la recta decisiva de la temporada.

De los veteranos permítanme primero pedirle más a Galilea, esperar que los Sangalli, Manu Molina, Víctor García y Juanpe alcancen la regularidad sin más lesiones que les perturben. Como estamos en tiempo de pedir como se hace al nuevo año, pido a Genaro y Dioni no volver a caer en errores como los que les costaron la expulsión y diezmar al equipo. Mención aparte merece Alfonso Herrero que, como en su época hizo Iker Casillas en la selección o en el Real Madrid, se ha ganado el apelativo de Santo. Su parada a escasos minutos del final ante el Intercity, permitió que el equipo llegara con esperanzas de salvar al menos un punto.

Quiero resaltar el mérito que tiene Sergio Pellicer. Puede o no gustar el estilo de juego, pero hay que reconocer su labor, con sus muestras de compromiso con el equipo como el día del fallecimiento de su padre, y cómo está haciendo partido a partido una demostración de prestidigitador para superar el sin fin de adversidades y mantener al equipo en la pelea por el ascenso.

Ahora llega el partido contra la Real Sociedad en Copa, con la ventaja de afrontarlo sin urgencias y como un premio para que muchos jóvenes del equipo vean lo que es competirle a un equipo de Primera División, categoría de donde este Málaga no debió salir jamás, pero de la que se ha alejado por tantos despropósitos realizados por los Al-Thani, José María Muñoz, Manolo Gaspar, Caminero, etc…

Dije al principio de este Con Rigor que hablaría de lo que se cuece en los despachos de La Rosaleda. Lo haré con brevedad para decirle al administrador judicial que debería darse cuenta que su tiempo en el club ya ha llegado a su fin y que cada día que pasa su divorcio es mayor con la afición y, en especial, con los integrantes de la Asociación de Pequeños Accionistas a la que tanto le debemos. Sin los integrantes de la APA quizás a día de hoy el Málaga CF ya habría desaparecido como le ocurrió en 1992 al CD Málaga, y no merecen el ninguneo al que se les ha sometido en la última Junta de Accionistas. Por último, a la dirección deportiva de Loren Juarros, le pido celeridad y acierto, difícil mezcla, pero necesaria, para reforzar la plantilla.

¡Feliz Año, malaguistas!