El canterano malaguista se curtió en el Estadio Romano José Fouto y sigue avanzando a pasos agigantados. La mili de Ochoa en Mérida.
Cuando te digan que 10 minutos es poco, enseña el partido de Aarón Ochoa en Mérida. Con 1-2 en el marcador en el minuto 80, Sergio Pellicer decide, en su plan de reducir los ataques emeritenses, introducir al chico de 16 años para controlar el balón. Es llamativo que un juvenil con dos partidos en el primer equipo sea el elegido para calmar el partido y eso habla muy bien de él.
El irlandés hizo de todo. Su facilidad para conducir el esférico otorgó a los malaguistas un balón de oxígeno acompañado de una precisión excelsa. Con una frialdad impropia para su edad, Ochoa buscó encarar a los rivales cada vez que fuera posible. Jugó con los tiempos de un partido muy difícil de gestionar. Pero no solo es calidad este joven jugador, sino que también va al choque sin miedo ninguno. Es más, recibió su primera cartulina amarilla como futbolista profesional del Málaga CF tras agarrar continuadamente a un rival para frenar un contragolpe. Como ya hiciera ante el Eldense, tras recibir una falta dura, el futbolista fue consciente de que el tiempo jugaba a su favor y manejó esa situación como si de un veterano se tratara.
En definitiva, el ’35’ boquerón ha demostrado con creces estar capacitado para jugar en este Málaga y eso es algo que no todos pueden decir. De cara al futuro más inmediato, el centrocampista gana enteros para tener minutos el fin de semana que viene en un partido crucial ante el Algeciras dadas las múltiples bajas en la sala de máquinas malaguista, que solo cuenta con Genaro, Juanpe y los canteranos.
Sergio Pellicer habló sobre su partido en Mérida tras el choque: «Esto es competir, no va con la edad. Ha salido en un contexto en el que queríamos ganar. Iba a salir Izan pero no teníamos la pelota. Hemos dado entrada al chaval para dar calma con balón. Teníamos que conservar el botín siendo más prácticos y sin asumir riesgos. No estando cómodo, el equipo ha competido”.