CONTRACRÓNICA: ¿Y ahora, a quién le rezamos?

Después de este partido del Málaga CF uno ya no sabe si rezar o jurar en arameo, que se suele decir. Está claro que fue una mala noche del equipo de Pellicer, demasiado caliente por cierto en sala de prensa. Los blanquiazules completaron su peor partido en casa de la temporada. Eso es así. Sin embargo, y a pesar de no haber sido capaz de jugar mejor que el rival o disparar más el Málaga salvó el partido y rescató un punto que fue un milagro. Por eso uno tiene que creer y rezar por este equipo. Si hasta en los malos días, los boquerones son capaces de puntuar, hay esperanzas de que se pueda conseguir el objetivo.

La parada de Alfonso Herrero, que dio paso al empate de Haitam, es digna del santo. El rezo debería servir al malaguismo, sin que sea blasfemia, para invocar la victoria cuando el camino se complique. Algo que empiece con un “Alfonso Herrero, que estás en la portería, danos tu parada clave de cada día”. Luego ya que siga como quiera cada uno, pero que acabe como ayer. Quince segundos van desde que la para toledano el hasta que la empuja el marroquí. Un extasis que maquilla algo la noche.

Bajo mi opinión, que no la verdad absoluta, Pellicer hizo lo que pudo con lo que había. En el banquillo había uno o quizás dos jugadores capaces de cambiar el partido. El resto eran chavales sin experiencia o defensas. Es la pura verdad. Me duele ya la boca de decirlo, pero esta plantilla necesita retoques para la segunda vuelta o va a ser imposible que demos alcance al Castellón si esto sigue en este plan. Loren Juarros y Kike Pérez tienen que moverse. Pedirle más a Pellicer y a la plantilla es factible, ayer no se jugó bien. Pedirle más al director deportivo, es obligatorio. Mientras, a rezar más por este Málaga CF que ahora tiene que multiplicar el milagro en Can Misses. Con un solo central y al menos ocho bajas para ir a jugar al campo del segundo.