El canterano que busca romper una ‘maldición’

Por tradición, la camiseta que porta el creador de juego o el mediocampista ofensivo estrella del equipo, tiene un número muy claramente definido. Es el 10. El fuera de serie. El jugón. El gol también tiene propietario y es el 9, pero vamos al que no se debe regalar a la ligera. A lo largo de los últimos años en el Málaga, el dorsal 10 ha tenido futbolistas muy peculiares. Desde pufos como Lorenzo González, Iván Alejo o Bobley Anderson pasando recientemente por Aleix Febas. Algún canterano tampoco terminó de brillar y de mostrar el nivel esperado, caso de Juanpi.

Ahora, es David Larrubia el que intenta romper una maldición y tratar de firmar un buen papel como ya lo hizo Basti en la década de los 90, o recientemente Tete Morente, el último dorsal 10 que sí brilló en el Málaga . «Lo escogí porque estaba libre y algún veterano me lo pidió. Es mi número favorito. No tengo que tener presión ninguna«, comentó un David Larrubia que asume con paciencia su lesión muscular y que le ha impedido debutar en pretemporada.

El historial de futbolistas que portaron ese número es cuanto menos variopinto y singular. Aleix Febas lo llevó el pasado curso y se quedó huérfano hasta que ‘Larru’ ha optado por cogerlo. Años atrás, fue Jairo Samperio el que lució ese número. Tete Morente fue el propietario en la 2019/2020 y la 2020/2021. Antes, Lorenzo González, Iván Alejo o Juanpi. Poco más que decir. Previamente, en un Málaga aun en Primera División, Ricardo Horta y sus dos temporadas como malaguista, Bobley o Iakovenko. Probablemente, los dos últimos ’10’ con más rendimiento y clase fueron Julio Baptista o Apoño. Previamente, Stosic, recuerdos del Vietnam, Edgar, otro fuera de serie de aquellos dorados años con Peiró y ya casi hace más dos décadas, Basti.