Regresaron, una vez más, los derbis andaluces a la Liga Endesa. Un choque con mucho color verde, que se decantó del lado visitante. El Unicaja implantó su juego y ritmo en el Palacio de Deportes Municipal San Pablo. La plantilla de Luis Casimiro achacó la numerosa cantidad de bajas que arrastran esta temporada y no pudo hacer frente al vigente campeón de la Copa del Rey. El nombre propio de la cita: Darío Brizuela. El internacional con España fluyó, como es de costumbre, sobre el parqué hispalense y se marchó a los veintitrés tantos. Otro que no pasó desapercibido fue David Kravish, que terminó de apuntillar el triunfo para sus intereses (66-79). Finalmente, la sonrisa en la competición doméstica vuelve para los malagueños, tras dar un paso de gigante la semana pasada en la BCL.
La cita andaluza de la jornada 24 comenzó con muchas imprecisiones sobre el parqué bético. Eso sí, con un ligero dominio malagueño. La dupla Brizuela-Kravish se encargó de meter el ritmo necesario para el Unicaja; mientras que Melvin Ejim iba de menos a más en la pintura rival. Luis Casimiro no vio con buenos ojos el trabajo que estaban realizando los suyos, por lo que decidió gastar uno de sus tiempos muertos. Momento para hacer las primeras rotaciones. Cvetkovic salió a escena en el Real Betis, pero las ideas en ataque las estaba proponiendo Tyson Pérez. Los «regalos» en el rebote defensivo de los blancos (segunda equipación cajista) no gustaban a Ibon Navarro, que decidió parar el parcial de 6-0 favorable a los hispalenses. A pesar de está reacción, los de la Costa del Sol dominaron la anotación de los primeros diez minutos (20-25).
El segundo cuarto fue un toma y daca, pero de malas decisiones. Ambos conjuntos necesitaron tres minutos para inaugurar nuevamente el luminoso; Jonathan Barreiro, desde la larga distancia, fue el privilegiado que lo hizo posible. El juego y la anotación no tomó el protagonismo que requería. El que sí que lució en ambas esquinas de la mesa arbitral fue el bonus. Las continuas faltas obligaron a jugar los últimos minutos de la primera parte desde la línea del 4,60. La frialdad y calidad de Tyson Carter en ataque, junto al rebote defensivo grupal (especial mención a Barreiro y Will Thomas), volvió a decantar la balanza del lado del Unicaja. Los malos porcentajes del Real Betis permitieron que los cajistas aumentaran la diferencia a diez puntos al descanso.
La vuelta de vestuarios sentó bien al plantel local. Y más aún cuando tuvieron la opción de sumar cuatro tantos consecutivos desde la línea del tiro libre; esta acción llegó tras una falta de Alberto Díaz seguida de una falta antideportiva (tras revisión en el Instant Replay) de Melvin Ejim. El nivel decayó sobre el parqué sevillano y la frustración tomó protagonismo en los jugadores de Ibon Navarro. Will Thomas recibió una falta técnica instantes antes de la aparición estelar de Jean Montero. El base dominicano sacó todo su arsenal desde la línea del 6,75. Pero uno líderes de este Unicaja, Darío Brizuela, sintió el «picorcito». La ‘Mamba Vasca‘ disputó los diez minutos al completo del tercer período y devolvió la esperanza a su equipo con su polivalencia.
El Unicaja metió una marcha más en el cuarto definitivo. Un robo de Tyson Carter en una subida de balón obligó al entrenador local a parar el ritmo del encuentro (50-63 a falta de 7:12 para la conclusión del partido). El Real Betis no supo reaccionar a este toque de atención de su técnico, que se vio comprometido a gastar su segundo tiempo muerto en menos de tres minutos. Poco pudieron hacer ante la renta que aumentaba del lado malagueño, y más con un Brizuela que no paraba de acribillar el aro verde. De esta manera, cayó la decimoquinta victoria para el Unicaja (66-79); reencontrándose así con los triunfos en Liga Endesa tras dos derrotas consecutivas (UCAM Murcia y Barça).