El administrador judicial del conjunto blanquiazul cumple tres años al frente de la entidad de Martiricos. Con la última prórroga otorgada por la jueza María de los Ángeles Ruiz, su gestión seguirá seis meses más. Al menos, hasta agosto. La sexta desde que aterrizara en las oficinas del Málaga allá por el 21 de febrero de 2020. José María Muñoz y su trienio como ‘presidente’.
Ya ha llovido desde que puso un pie en Málaga. Su primer movimiento fue darle estabilidad financiera al Málaga. El club económicamente era insostenible y las tropelías de los Al-Thani habían dejado a los blanquiazules en estado famélico. El club, al borde de la quiebra. José María Muñoz accedió junto a la policía judicial. Le tocaba ejecutar las primeras medidas de manera inminente. Fulminar a Richard Shaheen, antiguo director general en la era de Al-Thani y vender a Antoñín por 1,5 millones al Granada, fueron las más significativas. Primer match ball salvado en junio de 2020.
Ese verano, José María Muñoz ejecutó un ERE deportivo. Nunca antes se produjo algo así en el fútbol español y fue una medida pionera. También llevó a cabo una profunda reestructuración deportiva. No hay que olvidar que el Málaga heredó ese año sus desmanes anteriores y se limitó a jugar con 18 fichas y el salario Liga negativo. Pese a ello, salvación notable en el verde con Pellicer como arquitecto.
Todo se truncó con la no renovación del actual técnico. Manolo apostó por José Alberto y tras su despido, la hecatombe no ha cesado. Natxo, Guede y un final de campaña catastrófico. La salvación se produjo gracias a actores externos. Pese al ‘reseteo’ pedido, el malaguismo sigue sufriendo.
La zozobra deportiva sigue vigente y pese haber tenido una mayor solvencia económica, no por recursos propios o grandes patrocinadores sino gracias al fondo CVC y las ayudas institucionales, el proyecto deportivo liderado por Manolo Gaspar está cerca de Primera RFEF. La gestión de la mayor fuerza económica de los últimos años es nefasta.
Tanto es así que la grada pidió ceses y despidos, pero Muñoz no llevó a cabo ningún movimiento de hondo calado. Solo Manolo Gaspar dio un paso al lado y presentó su dimisión. Ahora, en este trienio como ‘presidente, José María Muñoz vive sus horas más bajas al frente del club como ‘presidente’.
Seguirá seis meses más tras la decisión de la jueza. Un Muñoz que ahora dispone de un escudo protector como la figura de Kike Pérez, el nuevo director general, pero el vitoriano no dispone de plenos poderes. El bucle institucional sigue en el Málaga CF y al equipo blanquiazul le sigue quedando un periodo de inestabilidad estructural. José María Muñoz seguirá ejecutando, ordenando y liderado las decisiones que tome el club siempre con el beneplácito de la titular del Juzgado de Instrucción número 14 de Málaga.
