El Málaga viajará este sábado al Carlos Belmonte en busca del Tratado de Albacete. Como en los conflictos bélicos de mayor calado histórico, el vestuario malaguista quiere conseguir firmar una tregua con su afición. Tres puntos que pongan punto y final a la crisis y la primera piedra de una nueva era, la de Sergio Pellicer. El vestuario malaguista necesita ganar y por eso se ha encargado de lanzar un mensaje claro y conciso al seguidor blanquiazul. No quieren pitos, no quieren silbidos, quieren el apoyo total para el siguiente choque en casa. Para ello es fundamental conseguir sumar los tres puntos este fin de semana. El Málaga ha dado con lo que cree que será la clave para salir de esta crisis.
Unión y más unión. El nuevo director general cerró filas en su presentación, mismo mensaje que en la llegada de Pellicer e incluso en la despedida de Manolo Gaspar. El mantra está claro, no hay que pitar, hay que apoyar. De momento parece que puede funcionar, pero este coche necesita gasolina para poder llegar a su destino. Esa gasolina no tiene otro nombre que la victoria. Conseguir puntos será lo que alivie en incendio constante en el que se ha convertido el equipo de La Rosaleda. La clave para salir de la crisis de este Málaga será esa.
El equipo sabe que no ha estado a la altura, sin embargo los contactos entre la afición y algunos jugadores se han producido en los últimos días. La Grada de Animación suspendió la huelga por petición de algunos de los capitanes y Pellicer. Esta semana han dado un paso más en la previa del choque en tierras manchegas. “Quedan aún partidos para revertir la situación. Dejemos los pitos a un lado y demostremos lo fiel y animada que es la afición malaguista. Vosotros jugadores sois los que tenéis que sacar esto adelante. Nosotros estaremos en las buenas y en las malas”, decían esta semana en otro comunicado.
A la afición no se le puede pedir más.
Son ellos con su actitud y su juego los que tienen que cumplir ante su afición ya muy maltratada por muchos jugadores que no están rindiendo y dando el nivel mínimo para tener opciones de ganar partidos.
«No quieren pitos, no quieren silbidos…» Si al final le tenemos que poner el nombre de una calle a cada uno de ellos. Vaya tomadura de pelo.