No es un trabajo sencillo. No es una tarea fácil. Sergio Pellicer tiene la gran misión de evitar el descalabro del equipo blanquiazul a Primera RFEF. El míster tiene margen por delante puesto que las matemáticas dicen que es posible. Eso sí, el Málaga sufre una dura losa clasificatoria. Además, vive un crisis interna sin parangón con el actual reino de taifa imperante. Por otro lado, en el verde, Pellicer tiene un auténtico máster, el de recuperar a un grupo cuyo rendimiento está a años luz del esperado. Para más inri, se encuentra con un efecto secundario no deseado y es el hartazgo de la afición del Málaga CF.
Ganar y recortar distancias
El primer reto es claro. Ganar y ganar. Básicamente, no servirán las palabras si no se consiguen los resultados. Sporting y Real Oviedo, una doble cita asturiana que puede marcar el futuro del equipo blanquiazul. Renacimiento o hundimiento. Mirar más allá de ese calendario es contraproducente e irreal.
Implantar su estilo
Más allá de entrar en debates de pizarras, de posible vistosidad frente a un fútbol más rácano y efectivo, el sello del entrenador blanquiazul es el de diseñar un equipo competitivo, solidario, feroz, con colmillo y hambre. Su Málaga era el de ir a la guerra. Con el machete entre los dientes. Ahora deberá implantar esa misma huella en un bloque de experimentados futbolistas que han bajado el nivel de intensidad en el verde y que no disponen de ese componente tan ‘bélico’ de fábrica.
Contundencia en las áreas
Más allá de nombres propios, el Málaga adolece de una contundencia en las áreas. Frágil atrás y con errores individuales de bulto. Los blanquiazules han pecado de eficacia de cara a puerta. Poca letalidad en meta rival y escaso registro goleador. Básicamente, ser prácticos, golpear y nada de dudas. Verticalidad, alto ritmo y gran importancia a las transiciones.
Unir afición-club
La Rosaleda es territorio hostil para el propio Málaga. El míster del Málaga no pudo jugar con público en las gradas al estar presente las restricciones del COVID. En esta ocasión vive un descenso de aficionados en las gradas, una gran presión de la misma y una plantilla que debe ganar y ser protagonista ante su público. Una presión añadida y un reto para Pellicer.
Recuperar primeras espadas y activar el clic
El foco principal lo pone en el verde, «los protagonistas son los jugadores». Así lo decía este jueves en sala de prensa. No se trata de sacar elementos de la enfermería. Una de las misiones de Pellicer es la de conseguir el mejor rendimiento a futbolistas que han demostrado en años anteriores que esta categoría la dominan y son importantes. Sin dar nombres actuales, sí que habló de otros jugadores que dirigió. Caso de Juanpi y de cómo en su momento le dio herramientas para sacar la mejor versión. La mentalidad, el hambre, el clic. «El Málaga es un club que pesa»
Potenciar a los canteranos
Y es que al igual que Pepe Mel en su momento, Sergio Pellicer es hombre de cantera. La situación es crítica, pero asegura que no mirará el DNI a la hora de poner futbolistas. No es descartable que se la juegue con integrantes de La Academia en algunos tramos de partido. «El único titular es el escudo. Lo que veamos en el día a día. El día del Deportivo, hace tres temporadas, jugó Ismael Casas y no Diego González, o jugó Juande, esto no va de DNI, va de lo que vean mis ojos»