El Unicaja regresa esta noche (20:45 horas) al Martín Carpena en un estado de euforia más que justificado. Los verdes acumulan seis victorias consecutivas, la racha más positiva en el último bienio, y dejando unas sensaciones extraordinarias. Hacía mucho tiempo que el aficionado no tenía ese cosquilleo por ver de nuevo al equipo, la prueba que refleja el camino correcto. Quinta posición en Liga Endesa, con un balance de 6-3, que se puede mejorar si se gana a un Casademont Zaragoza en alza en las últimas semanas. En el horizonte, dar otro paso más hacia Badalona, casi definitivo, en el caso de ganar en El Palacio a los maños… y sumar la séptima seguida.
Más allá de un noviembre inmaculado y la inercia ganadora, lo realmente esperanzador es la imagen que se está plasmando. Un equipo ya muy cohesionado ante tantos cambios, donde resalta un estilo de Ibon Navarro que cala a la perfección con lo que se exigía en Málaga. El partido del Dijon es la síntesis perfecta de lo que se pretende; hasta los galos cayeron rendidos al derroche de energía y corazón de los verdes. Después de hacer los deberes en Europa, de nuevo cambiar el chip a la Liga Endesa tras la odisea en el viaje de vuelta, ya parece que olvidado.
La ilusión está tan disparada que hoy el Carpena vivirá la enésima fiesta de la temporada, ya una relación reseteada por la respuesta del equipo en los primeros meses de competición. Desde el 6 de noviembre no hay reencuentro con una ‘Marea Verde’ que sueña en grande; sería culminar una semana inmejorable, después de presentar ‘Siempre te llevo conmigo’, documental que recoge la historia del baloncesto malagueño, y tras la exhibición en Dijon, quizás el mejor partido del curso.
Nuevamente estarán los doce jugadores a disposición de un Ibon Navarro que ha inyectado rápidamente ese hambre a la rotación. Hay ganas de ver si Will Thomas o Barreiro siguen en crecimiento después de la gran actuación en Valencia, entre otros atractivos. También jugadores que están dando un pasito más, como Kalinoski o Perry. Y si se mantiene ese nivel defensivo que enamora, la segunda mejor de la competición y el motor del conjunto malagueño.
Delante, un Casademont Zaragoza renovado con la llegada de Porfirio Fisac al banquillo, y caras nuevas como la de Chris Wright. Después de una revolución hace unas semanas, con la marcha de Thomas Schiller y Toni Muedra, director deportivo, los aragoneses parece que vuelven a ver la luz, aunque todavía en una situación delicada a nivel clasificatorio: un balance de 2-7, al borde de puestos de descenso. Tienen mimbres para no sufrir: Howard Ross, con pasado Euroliga; el pívot Christian Mekowulu; los puntos de Justinian Jessup; o un Santi Yusta que es un fijo para Scariolo en las Ventanas. Otros nombres como Dino Radoncic o Marcel Ponitka.
La lupa estará puesta sobre Aday Mara (17 años y 2,20 metros) jugador que brilló este verano en el Mundial U17 en el Carpena, y que ha derribado la puerta con los mayores. Uno de los diamantes no solo del baloncesto español, sino continental; le comparan incluso con Victor Wembanyama, potencial número 1 del próximo Draft de la NBA, al tratarse de un jugador de más de siete pies con la movilidad de un ‘tres’, capaz de hacer de todo. Está en 4,2 puntos, 3.3 rebotes y 6.2 de valoración.
Es un partido trampa por el momento, poco margen de descanso, mientras que Zaragoza ha tenido toda la semana para prepararlo; pero este Unicaja ya ha dado muestras de ser un equipo muy fiable. Bonita ocasión de seguir ganando partidos, adeptos y credibilidad para el futuro. Se acabó la larga espera: el Unicaja de las seis seguidas regresa a casa.