El Unicaja volvió a conseguir este domingo una victoria coral, ya como unas señas de identidad en los verdes. No sorprende ver tantos jugadores con dobles dígitos en un mismo partido, y es que en Los Guindos una de las características que se quería dotar a esta plantilla es una homogeneidad en los roles. Cualquiera de los doce, comprobado en los diez partidos oficiales acumulados hasta ahora, puede salir al parqué y liderar al equipo malagueño. Muy imprevisible en ese sentido. Lo demuestra la actuación de Melvin Ejim ante los hispalenses. El canadiense, pese a su perfil defensivo y de pegamento, fue el que más resaltó en los locales a nivel numérico.
Juntando ambas etapas, completó su mejor partido con la camiseta verde y morada: 17 puntos, 2 tapones y 25 de valoración; nuevos topes en Liga Endesa. Un ciclón en el segundo cuarto, con una energía que ayudó a encarrilar el derbi hasta el descanso con ese 53-30. Parte de culpa la tuvo el polivalente jugador cajista. Con un repertorio basado en la exuberancia física: algún 2+1 al choque, rebotes en ataque. El factor diferencial, además de la lesión de Evans, en veinte minutos notables de los malagueños.
Aluvión de noticias positivas tras la fiesta en el Carpena. Los 8.030 espectadores que asistieron al Palacio disfrutaron de lo lindo con su equipo; y el carácter de Ejim fomenta esa adrenalina, un jugador que tiene parte de carisma porque asegura derroche físico independientemente del contexto. En la parroquia cajista cala. Los verdes tendrán otros dos partidos consecutivos con su gente, poco a poco más enganchada: PAOK en BCL, líderes de grupo casi asegurado en el caso de ganar, y Covirán Granada, una de las revelaciones en Liga Endesa. El primero de los tres objetivos está cumplido con muy buena nota.
No es una figura de renombre, pero sí, es un jugador muy completo.