«Hoy, más de diez mil». Un verso del himno cajista que no se cumplía desde hacía varias temporada. El Carpena será este mediodía (12:30 horas) una auténtica caldera, y ojalá fiesta, para recibir al Real Madrid; algo precipitado decir de forma categórica que es el mejor equipo de Europa, ante la hegemonía del Efes en el último bienio, pero difícil, por no decir imposible, encontrar una plantilla en Europa que conjunte tanto talento en una rotación. Dicho esto, no quita que sea un buen momento para vérselas con el campeón de Liga Endesa, siempre con la boca pequeña porque el Unicaja no va a jugar frente a un cualquiera. Pero se puede soñar con algo grande en este 9 de octubre.
Es una vuelta al pasado por todo el aura que rodea a la cita. Sobre el papel, un Unicaja-Real Madrid que debería ser más igualado que en temporadas anteriores. Dos equipos que vienen en dinámica de victorias (El Madrid, invicto aún), pero aún lejos de alcanzar un pico de rendimiento en cuanto al juego. Ambos ganaron en Europa esta semana sin brillantez.
Por descontado que el Unicaja debe acercarse a la perfección para tener opciones. Parar todo el arsenal madridista es imposible, aunque sí hay recursos para hacer daño. La línea a seguir es lo que se vio hace unos días ante el Granca, un buen boceto de lo que debería ser el equipo: morder en defensa, solidario, enérgico, y que sirva como inercia para facilitar las cosas en ataque. La segunda parte claro. Y por supuesto la competitividad de los jugadores, muchos de ellos llegaron este verano para rendir en este tipo de escenarios; caso de Djedovic o Lima, entre otros, seguro que dan al equipo ese plus de saber estar en momentos de máximo estrés.
De nuevo, y de momento una línea que se mantiene hasta hoy, todos los jugadores estarán a disposición de Ibon Navarro. Si hay algo a resaltar en estas semanas es la capacidad de cualquiera de los doce de dar un paso al frente; en Cerdeña fueron Kravish y Kalinoski. Veremos quiénes son los ‘líderes’ ante los blancos, porque en este equipo no hay jerarquías. Lo que sí hay es una oportunidad de oro para terminar de enganchar a la gente. Ganar al Real Madrid significaría muchísimo a estas alturas, más allá de un triunfo de prestigio. De esas que suman ‘doble’ porque no se tiene en cuenta cuando se hacen las quinielas.
Chus Mateo tiene entre manos una de las mejores plantillas en la historia reciente del Real Madrid. Hasta once jugadores con pasado NBA, incluidos Musa o Hezonja, los fichajes estrella del verano, y que han dado un salto tremendo de calidad a la plantilla, ya de por sí altísima. No hay jugador más diferencial en Europa que Tavares, o una plantilla que aglutine a 16 jugadores de primerísimo nivel. Sí, 16. Porque Randolph, Alocen, Williams Goss, Hanga o Rudy no van a estar; pero es tal el poderío que queda en anecdótico. Yabusele, Deck, Llull… uno se echa a temblar y con razón.
En definitiva, un rival que intimida, pero no asusta. Ahí es donde debe entrar el Factor Carpena, indispensable para que el Unicaja tenga algún tipo de opción. Los 10.500 espectadores que se esperan el Palacio, esperemos que con un porcentaje alto de aficionados que animen a los verdes, deben recordar a esos ambientes de antaño. ¿Hace cuánto no se ve un Carpena que arda? Es una buen momento para revivir aquello.
Un día para soñar con hacer algo grande. Jornada 3 de Liga Endesa, con un Real Madrid que viene de sufrir de lo lindo en Atenas, y que mira en el horizonte el Clásico de Euroliga; pues son algunas de las razones para ser optimista. Qué bonito sería, y cuánto se ansia una alegría de tal dimensión después de años oscuros.
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