El Unicaja va cogiendo forma con el paso de los días. Augusto Lima ha sido la última confirmación oficial por parte de los verdes; a la espera que lleguen dos jugadores más para hacer los deberes en materia de llegadas. El brasileño aterriza en Los Guindos como un puntal sobre el que construir y reúne las características con las que se quiere implantar al nuevo Unicaja; sobre todo una energía de la que se ha carecido este último curso. Lima será una de las estrellas del conjunto de Ibon Navarro.
Su fichaje supone un golpe encima de la mesa en Los Guindos. Un pívot que ha atraído las miradas de equipos de Euroliga, pero que ha preferido no esperar y jugar en Málaga. Al igual que con Djedovic, Osetkowski o Will Thomas, jugadores que aún mantienen un prestigio y también nivel en el baloncesto europeo, el Unicaja demuestra que es un club que atrae pese al decrecimiento de las últimas temporadas.
Augusto Lima recogerá el testigo de algunos ídolos que ya no están, casos de Jaime Fernández y Carlos Suárez; quizás los jugadores que se han sentido más identificados con la grada del Carpena. Su carisma encaja como anillo al dedo en esta nueva etapa, ya demostrada en todos los clubes donde ha militado en su ya larga carrera (30 años). En Burgos fue alma máter de un equipo campeón; y en Murcia aún no asumen su salida, síntoma de lo que ha significado el ya cajista en los últimos años.
El de Río de Janeiro ha firmado por un año. Pero la sensación es que si el Unicaja hace una temporada acorde a la gran apuesta que se ha hecho en verano, ambas partes volverán a sentarse en unos meses. El Unicaja ha convencido a Lima por el rol que le va a otorgar Ibon Navarro: el de un jugador fundamental en los esquemas. Y en el club de su vida. Difícil decir ‘no’.