Es lo que te mereces cuando vas al último partido sin nada en juego -solo el dinero por quedar 16º en caso de victoria- y con la permanencia atada… por el demérito de los demás. Al Málaga le llegará este sábado el premio y castigo de Lugo. Una navaja de doble filo con la que la plantilla de Guede pondrá punto y final a un curso para olvidar. Bien puede ser la recompensa a los menos habituales o el martirio a aquellos futbolistas que no han estado a la altura de la exigencia.
El Anxo Carro será testigo de los últimos minutos con la elástica blanquiazul de nombres propios como Dani Martín, Víctor Gómez, Braian Cufré o Sekou Gassama, quienes volverán a sus respectivos clubes tras su cesión en la Costa del Sol. El mismo escenario podría darse en casos con medio pie fuera por mucha opción contractual de continuar en La Rosaleda la próxima temporada, ya sean Brandon Thomas o Paulino. Sin embargo, no todo son sombras. Las luces de los canteranos y filiales podrían ser la buena noticia del telón final.
Ismael Casas, Andrés Caro, Víctor Olmo -volvió a trabajar con el grupo esta mañana-, Ramón, Dani Lorenzo, Roberto, Loren Zúñiga… Este tipo de perfil entraría en liza dentro del supuesto en el que el míster llevaría a cabo en tierras gallegas las primeras conjeturas de su proyecto 22/23. Este lo ha salvado, pero con el matiz importante de que no era suyo. Esta doble vara de medir es a lo que se enfrentará el Málaga este sábado, al partido del premio y castigo de Lugo.