La limpia que va a acometer el Unicaja este verano va a ser profunda. En el club tienen claro que la reconstrucción se debe llevar al extremo, salvo jugadores que aún tienen contrato. Tal y como contamos en semanas anteriores, solo hay dudas en dos casos: Jaime Fernández y Tim Abromaitis. El estadounidense ha sido junto con Alberto Díaz los más regulares en el curso. Mientras que la situación del base madrileño es delicada, y en Los Guindos mantienen el debate por sus problemas físicos continuos. Los que no van a seguir con total seguridad son los tres fichajes invernales. Ni Mooney, Kravic y tampoco Oliver han convencido.
Nunca pudo mostrar Mooney sus argumentos del porqué Juanma Rodríguez apostó por él. Llegó al Carpena con una puesta en escena ilusionante ante Oostende, a comienzos de febrero, pero después no terminó de encajar. Con Ibon Navarro en las últimas semanas, un jugador residual, señalado además por la afición cajista en alguna que otra ocasión. En ningún momento se ha contemplado su continuidad. 7 puntos por partido en Liga Endesa y un 22% en triples, porcentaje paupérrimo para esa etiqueta de tirador.
Kravic y Oliver han dando pinceladas; tampoco el contexto del equipo ha ayudado a que terminaran de rendir. Sin embargo, fueron dos nombres propios importantes en aquellas victorias del Unicaja en marzo y abril. En el caso del ala-pívot más aún, jugador que ha demuestra tener grandes condiciones, pero esa falta de tiempo se ha visto palpable en la pista. El ex de San Pablo Burgos sí que ha cumplido con la baja de Eric, motivación para su fichaje, y hasta ahí.
Se irán confirmando las salidas en los próximos días. Primero hay que resolver la cuestión de Ibon Navarro, decisión que está al caer en Los Guindos.