El Unicaja reflejó en el Pazo lo que ha sido este curso 21/22 que hoy acaba. En fases de partido donde uno se pregunta cómo es posible que un equipo profesional dé una imagen tan bochornosa. Los verdes llegaron a ir perdieron por 55-24 en el segundo cuarto ante un Breogán sin sudar. Después, una repetición del partido ante BAXI Manresa: hora de maquillar un marcador para acabar sin opciones de remontar. Sexta derrota seguida para cerrar la temporada. Llega la hora de la revolución en Los Guindos.
Una diferencia de intensidad sideral entre lucenses y malagueños. Con un Pazo que se lo pasaba en grande tras el 29-12 del primer cuarto, tónica de lo que iba a ser el resto del encuentro. La dupla Kalinoski-Musa (16 y 9 puntos) era suficiente para los de Mrsic, más la calidad de Mahalbasic desde el poste alto. El pívot austriaco será una de las gangas del próximo mercado. Ocho asistencias en la cuenta de los locales, sin oposición por parte de los malagueños y un Ibon Navarro que no daba crédito ante tantas facilidades. Otra vez a remolque de un equipo excesivamente cómodo sobre el parqué.
Un segundo periodo con un guion similar, ya con Breogán manejando una ventaja casi definitiva para culminar la fiesta. Los locales sumaban 15/16 en tiros de dos en quince minutos, dato que retrata la nula dureza de los verdes… otra vez; doblando en el marcador a un Unicaja indigno de ser un equipo profesional (45-22). Se podía prever un desarrollo de partido así, por lo que tampoco sorprende esta imagen. Mientras tanto, Musa se quería despedir de Lugo a lo grande, ya con 13 puntos en su cuenta y sin fallo. 55-32 al descanso y gracias, un marcador escandaloso que maquillaron los tiros abiertos de Brizuela y Alberto. Unicaja era un juguete en manos de un Breogán que no quería hacer sangre.
Solo con el interés de conocer el resultado final en lo baloncestístico. En lo emocional, el Pazo saboreaba los últimos minutos de su estrella con la camiseta celeste. El marcador rondaba la treintena a favor de los de Mrsic (61-34, en el ecuador del tercer cuarto). Solo acertaba Brizuela en los verdes, maquillando su estadística y de nuevo sin que sea positivo para su equipo. El Unicaja recortaría distintas con Breogán pendiente de otras cuestiones: Musa bailando en el banquillo y el Pazo cantando aquello de «MVP, MVP». Un gran triple de Jaime cerraba un tercer parcial favorable a los cajistas (22-24), pero a un mundo de meterse en el partido (77-56).
Parecido a lo del pasado miércoles frente BAXI Manresa: hora de reducir daños. Los verdes reducían la desventaja hasta el 77-61, pero otra vez aparecía el talento de Musa con un 2+1 imposible. Se agarraba el Unicaja al partido con un parcial de 5-19 (83-72), aún con cinco minutos por disputar. Lukovic haría sangre desde la esquina, cortando de raíz cualquier esperanza. El Unicaja sí tuvo acierto al final para cerrar el 93-84.