Al Unicaja se le volvió a escapar un partido de Liga Endesa por detalles. Otra vez un marcador apretado, en el que todo se decide por un par de acciones. Darío Brizuela copa las portadas por esa penetración que a punto estuvo de culminar. Pero la realidad es que todo se decidió antes, o al menos los malagueños podían haber evitado esa situación de tener la última posesión para ganar. Los de Ibon Navarro cayeron por una faceta en la que los cajistas han mostrado solidez a lo largo de la temporada: el acierto desde el tiro libre.
Seis fallaron los locales en los últimos minutos, y jugadores que suelen ser fiables: Bouteille, Alberto Díaz, Jaime Fernández y Darío Brizuela. Todos especialistas y con muy buena mano. Extraño porque el Unicaja es el cuarto mejor equipo de la competición desde la personal, con un 78,97% de efectividad; solo superados por Lenovo Tenerife (80,61%), precisamente Bitci Baskonia (79,56%) y Valencia Basket (79,39%). Ayer el Unicaja hizo frente a los vitorianos un 50% (6/12).
«Al final perdimos remando. No creo que hayamos perdido el partido por la acción de Darío. Hemos fallado muchos tiros libres al final, todos con jugadores del perímetro. Ese ha sido el factor diferencial, además del gran partido de Simone Fontecchio». afirmaba Ibon Navarro en la sala de prensa del Carpena.
Duele aún más este desenlace teniendo que el Unicaja falló en una de las mejores cosas que sabe hacer. Y lo que supuso además el desacierto de los malagueños en el ataque de Baskonia: el propio Fontecchio y Giedraitis silenciando a la grada.