No se puede negar que el equipo acabó tocado y enfadado por el resultado final. Sobre todo por la actuación del colegiado. Guede optó por hablar entre líneas de lo sucedido, pero dejó detalles de su línea con el colectivo arbitral. Más allá del aspecto psicológico, el guion de partido y el planteamiento inicial varió obligatoriamente por las decisiones arbitrales. Hasta la roja de Escassi, pudo verse de nuevo un Málaga más ambicioso y que muestra un mayor sacrificio. Los de Guede andan ya sin complejos ante los grandes de LaLiga SmartBank.
Se pudo comprobar ante el Real Valladolid, el equipo se puso 2-0, y quedó totalmente palpable contra el Eibar hasta la expulsión del paleño. El freno y las ataduras llegaron con la roja del malaguista y el posterior penalti de Febas. Pese al oasis del Málaga en Girona, la etapa final de Natxo González destacó por mostrar un equipo timorato, con dudas y sin capacidad goleadora. Nada que ver con el Málaga 3.0.
Con el argentino, seis goles en tres partidos y 4 puntos de nueve posibles. A este análisis hay que añadir la valentía y la capacidad de tutear futbolísticamente o incluso ser superior en partes del partidos a dos gigantes de la competición. «Con esta entrega podemos pelear con King Kong en la selva», aseguró Guede en rueda de prensa.
Apenas lleva un mes el argentino. Es obvio que se ven luces y sombras. Trabaja con un Málaga que vuelve a ser cosido por tercera vez en la temporada y que mantiene la herencia o los vicios adquiridos. La plantilla se la ha encontrado ya moldeada y su labor táctica-técnica es la de recuperarla a contrarreloj. Lo ha hecho con resultados. A la vez que enseñando un Málaga valiente, más ambicioso y sin complejos que no se veía desde hace muchos meses.
Eso sí, con autocrítica Guede no esconde responsabilidades y deja claro que su equipo sigue sufriendo problemas defensivos en las acciones a balón parado y sobre todo en los centros laterales. De hecho, en la previa al Eibar comentó que necesita y busca más tiempo para trabajar el balón parado.
