El Unicaja se quedó en un querer y no poder en Badalona. La gran segunda parte no fue suficiente para arreglar un segundo cuarto horroroso de los malagueños (27-12), un colchón que supo aguantar el Joventut hasta la bocina final. Lo menos malo de esta tarde de sábado es la derrota de Breogán ante Zaragoza en el Pazo, por lo que la distancia con el décimo puesto se mantiene. Se necesitan victorias para jugar Europa la temporada que viene… y hoy se ha esfumado una oportunidad de oro en el Olimpic.
El choque en Badalona arrancó con intercambio de golpes entre ambos equipos. El Unicaja con Brizuela y Alberto Díaz y el Joventut con Paul. Los de Ibón Navarro peleaban cada bola y se conseguían adelantar en el marcador con un triple de Jonathan Barreiro tras un espectacular mate de Cameron Oliver. Willis acortaba distancias y Brizuela de nuevo desde la línea de 6,75 volvía a adelantar a los cajistas. Con una canasta de Jaime Fernández y otra de Pau Ribas se llegó al primer parón del partido. Los locales no se marchaban contentos por culpa de la buena defensa malacitana, (15-17).
El Unicaja arrancó de nuevo anotador el segundo cuarto. Nzosa y Bouteille se deleitaban en el aro del Joventut cada uno con su especialidad. Un parcial de 7-0 para los catalanes, con Pau Ribas de protagonista, dio la vuelta a la tortilla en los siguientes minutos. A raíz de ahí, Unicaja no acertó a despertar e Ibón Navarro tuvo que parar el encuentro. El tiempo muerto sentó bien a los cajistas, que con Brizuela, Oliver y Alberto Díaz conseguían seguir las estela de los de Carles Durán. Un triple de Willis y dos canastas interiores de Tomic volvieron a romper el esquema costasoleño. El parcial de 11-0 para ir al descanso puso las cosas imposibles para el Unicaja. (42-29)
Tras el tiempo de asueto, Unicaja sí tuvo el ímpetu para engancharse a un marcador adverso. Pero una secuencia de errores despegaron a los malagueños en el tercer periodo hasta el 56-40, la máxima para los verdinegros. Aparecieron Brizuela, Oliver y Barreiro para recortar distancias en los últimos minutos, sumando un gran acierto y en beneficio de los errores de la Penya, hasta el punto de tener que decidirse todo al final (58-54).
Un último cuarto muy parejo, ambos tensos, había mucho en juego, pero acabó llevándoselo el Joventut por 76-70. No fue suficiente con un inspirado Jaime Fernández, su equipo condicionado por no contar con Brizuela en la fase decisiva del partido. Faltó intimidar un poco más a los catalanes.