Yannick Nzosa volverá a vestirse de corto este jueves en el Palau Blaugrana. La baja de Alberto Díaz mete de nuevo al congoleño en la rotación, inédito desde hace unas semanas. El pívot afronta un último mes de competición clave en su futuro a medio plazo, si bien que su caso es muy especial en Los Guindos. Pese a su decrecimiento esta temporada, en el club confían plenamente en el potencial de Nzosa, un diamante que tiene este Unicaja entre manos y al que hay que seguir cuidando.
Ahora depende de Ibon Navarro el volver a acoplar al canterano. El técnico reconocía el pasado domingo que Nzosa «merece jugar como todos». En una temporada ya prácticamente finiquitada, salvo pelear por el décimo puesto para entrar en la BCL, qué mejor contexto que tratar de recuperar a una de las futuras referencias del equipo… mientras no aparezca la NBA de por medio. Las últimas previsiones del último Draft, de finales de marzo, colocan al de Kinsasa en la final de segunda ronda (alrededor del puesto 60). Lo lógico es pensar que seguirá en Europa alguna temporada más, pero con tantos condicionantes de por medio, no se puede descartar cualquier escenario.
El futuro más inmediato es la visita de los cajistas es jugar ante el todopoderoso Barça de Saras Jasikevicius, donde volveremos a ver a Nzosa con la camiseta verde y morada. La temporada pasada cuajó un gran partido en el Palau (7 puntos, 8 rebotes y 11 de valoración) en la derrota del Unicaja por 79-55. El joven ya sabe lo que es codearse con los Davies, Smits y compañía; y viendo además este calendario frenético, Ibon Navarro podría darle un papel protagonista por primera vez desde que llegara al banquillo cajista.
