A Carlos Suárez le queda mucha cuerda aún en este Unicaja. Sus minutos de ayer demuestran que el madrileño, pese a no contar con la continuidad y un físico que no es el de antaño, sí puede tener sitio en esta rotación. Fundamental su trabajo contra los grandes de Bilbao Basket cuando más hacían daño, lo que no se marchita es la capacidad para trasladar esa garra al resto de sus compañeros, también al Carpena. El capitán pide paso en un momento clave de la temporada.
El alá-pívot pisó el parqué con la misión de neutralizar a Derek Willis, y sobre todo la superioridad de Ángel Delgado, imperial en el arranque de partido ante Kravic y Guerrero. Con la entrada al partido del ’43’, los malagueños se asentaron en defensa a partir del segundo cuarto. Tras el descanso, Ibon Navarro iba a volver a contar con Carlos Suárez para que su equipo igualara el partido en el tercer cuarto, y que el talento de la plantilla pusiera la directa en el último período.
La plantilla cajista está en un momento de dulce, con todos los efectivos aportando su granito de arena. Un problema o bendición, depende cómo se mire. También hay otros que pierden sitio, como Yannick Nzosa, otra vez sin minutos; uno de los pocos lunares desde que llegó Ibon Navarro al Carpena, el no poder recuperar la mejor versión del joven pívot congoleño. Tiene un ejemplo en el que mirarse: Carlos Suárez quiere ser importante en la recta final de curso.
