No pudo resistir la presión. El Málaga CF se vio claro vencedor del encuentro, y vendió la piel del oso antes de cazarlo. A pesar del buen encuentro realizado por parte de los de Natxo González, el resultado fue terriblemente cruel. Un vértigo que pasó una enorme factura y que condenó al conjunto blanquiazul a un nuevo final sin victoria.
El punto de inflexión estuvo en la disposición del equipo a la hora de encarar los últimos minutos del encuentro. El esquema, que se situaba en un 4-2-3-1, pasó a ser un 5-4-1 de un momento a otro. La entrada de efectivos cartagineses propició que Alberto Escassi se incrustara de manera perenne entre Peybernes y Lombán. Una fórmula que contagió al resto del equipo e hizo que el Cartagena avanzara hacia campo malaguista sin apenas oposición.
A partir de ahí, a pesar de no haber ocasiones claras para los de Luis Carrión, los centros se sucedían sobre el área de Dani Barrio. Finalmente, la tragedia se produjo. Delmas puso un saque de banda largo que, tras ser peinado, Okazaki enviaba al fondo de las mallas con una espectacular chilena. Un paso atrás que condenó al Málaga y que terminó por evitar la victoria de los boquerones.
Sin ir más lejos, Jozabed habló tras el partido sobre el hecho de encerrarse en área propia. «Nos ha perjudicado echarnos atrás, pero tampoco sabes qué hubiera pasado. Nos hemos sentido igualmente cómodos echándonos atrás. Apenas nos han generado, nos sentíamos cómodos y estábamos protegiendo el resultado hasta la última jugada».
Un vértigo que pasó una enorme factura y que puede suponer un golpe psicológico en las aspiraciones del equipo para el resto de la temporada. Tan solo un punto que sabe a nada, y que continúa con el ciclo negativo de los de Martiricos.
