Ya son muchas las semanas de bochorno que se viven en Martiricos. Con la sucesión de jornadas pésimas, el foco de las críticas ha virado hacia la plantilla. Una señal de ello fue el recibimiento hostil que tuvo el equipo en las puertas de La Rosaleda tras el encuentro ante el Sanse. No obstante, los capitanes blanquiazules rompen el silencio y salen al paso ante el descontento general de la afición.
La primera de las intervenciones en público la llevó David Lombán. En la rueda de prensa previa al encuentro en Anoeta, el de Avilés ya hacía autocrítica y analizaba la situación que atravesaba el equipo. «Llega un partido y sólo tienes que hacer autocrítica del último y corregir en cuanto a mentalidad. Creo que el equipo está muy bien, las sensaciones en solidez y ayudas que tenemos nos van a ayudar a afrontar el partido«, comentaba.
Sin embargo, la situación empeoraba aún más tras la debacle vivida ante el filial de la Real Sociedad. El Málaga CF volvía a dar una imagen lamentable en cuanto a juego y resultado se refería. Tras el partido, fue de nuevo el central el que declaró en zona mixta. «La única manera de revertir esta situación es remando todos hacia el mismo lado y hacia adelante«, declaró.
Horas después, con la llegada del equipo a Málaga, un sector de la afición esperaba al autobús en La Rosaleda. En unos momentos de tensión en los que voces e insultos fueron protagonistas, la policía intervino para calmar las aguas. Por parte de la plantilla, Lombán, Escassi y Chavarría dieron la cara ante el complicado momento vivido. El grupo de aficionados pedía que salieran los jugadores a dar explicaciones de lo ocurrido, y así fue además de la intervención de Manolo Gaspar.
En la mañana de hoy, fue Alberto Escassi quien comparecía en la sala de prensa Juan Cortés de La Rosaleda. El paleño mandaba un mensaje claro a la afición. «Dos palabras: creer y unión. Que no dejen de creer en nosotros. Quedan 14 partidos, 42 puntos. Con esas dos cosas seguro que sacamos esto adelante«.
Es por eso que los capitanes del Málaga rompen el silencio, y sirven de parapeto del resto de la plantilla en unos momentos de gran incertidumbre. Los veteranos dan un paso adelante en la crisis deportiva que atraviesa el club de Martiricos, e intentan calmar las aguas antes de recibir al Cartagena en el templo blanquiazul.
Mucho han tardado en salir a la palestra para dar la cara y explicar que está pasando en el equipo. Los jugadores tienen al menos el 70% de responsabilidad de lo que hacen y no hacen en el terreno de juego que es lo que se necesita para salir de la segunda división cuanto antes.