Dicen que el éxito deportivo viene como consecuencia de hacer piña. La columna vertebral del Unicaja está conformada, en su mayoría, por jugadores nacionales; algunos de ellos con un recorrido de muchos años de compartir parqué, concentraciones y un sinfín de experiencias juntos. Darío Brizuela y Alberto Díaz son dos ejemplos de una larga amistad que se ha formado gracias al baloncesto. El alero repasó la actualidad del club en el micrófono rojo y habla, entre otras cosas, de cómo ese núcleo duro ha sido capaz de cambiar el chip con la llegada de Ibon Navarro; y resaltó su amistad con el base pelirrojo. Los inseparables de este Unicaja.
«Nos ayudamos entre nosotros, al final lo pasamos muy mal todos. Con el que más tiempo paso es con Alberto Díaz, uno de mis mejores amigos, y hablábamos mucho pero sabíamos que estábamos trabajando bien y que la llegada de Ibon nos iba a ayudar. Sí que el partido del Madrid era una prueba, pero teníamos muy clara que en Fuenlabrada era de ganar sí o sí. Intentamos enchufar a la gente en intensidad y funcionó, que la gente esté conectada, que no se desanime y seguir trabajando duro. Tenemos que estar todos a una«.
Brizuela aprovechará este parón para poner a punto su tobillo para afrontar el fin de curso con todas las garantías. Por su parte, Alberto Díaz encara unas nuevas Ventanas FIBA con la selección, siendo un fijo para Scariolo. Para ambos se ha abierto una jugosa oportunidad para acudir al Eurobasket este verano.
