Sekou es uno de los nombres propios de la semana. El delantero malaguista está en el ojo del huracán después de la llegada de Natxo. Roberto y Brandon le han ganado la partida en los dos primeros partidos del vitoriano en el banquillo del club de Martiricos. Las cifras dicen que juega menos que Orlando Sá y sus números goleadores no son de otro planeta. Lo que era una relación de amor plena en verano se ha ido estropeando con el paso de las semanas. Pero el amor surgió hace tiempo, en un Málaga – Almería como el de hoy. Fue entonces cuando Sekou enamoró a La Rosaleda y al malaguismo.
Fueron dos temporadas consecutivas. La 2018-2019 y la 2019-2020. En Copa y en Liga. Sekou vino a La Rosaleda, venció y marcó con el cuadro rojiblanco. El primer curso con Muñiz en el banquillo. Era la Segunda Ronda de la Copa del Rey. Héctor Hernández adelantó al Málaga al borde del descanso. En la segunda parte, minuto 61 entró Sekou al campo en un Almería plagado de canteranos. De hecho, el de Granollers militaba en el filial más que con los mayores. Destrozó la carrera de Abqar en un giro y el Almería acabó remontando el partido con gol de la pantera.
No se quedó contento. Ese año, Sekou se fue cedido al filial del Valencia. Cuando regresó la temporada siguiente, Sekou ya era importante en Almería. El delantero repitió y anotó el gol de la victoria del Almería en la jornada 4 de LaLiga SmartBank. Único tanto del partido para tumbar al equipo de Víctor Sánchez del Amo. El Málaga iniciaba aquel día una racha terrible de resultados y Sekou lo que parecía que iba a ser una larga carrera en los Juegos del Mediterráneo. No fue así finalmente. Aquellos partidos no se olvidan, fueron los días en los que Sekou enamoró al Málaga y al malaguismo. Los días en los que se fraguó su llegada al Málaga.
Otro buen trato de Gaspar, Orlando SA y sekou van de la mano, se puede fichar peor