Natxo González no faltó a su palabra y planteó un once revolucionario en La Romareda. El entrenador vitoriano hizo hasta seis cambios en la alineación que cayó estrepitosamente en Miranda de Ebro. Una derrota que hizo mella y de la que el nuevo entrenador malaguista aprendió la lección. Cufré, Peybernes, Lombán, Paulino, Antoñín y Roberto fueron las novedades en el once blanquiazul. Una tarde noche en la que le revolución fue completa pero el resultado incompleto. El Málaga fue capaz de ponerse por delante, pero no remató la faena acumulando una nueva jornada sin ganar.
De todos los nuevos, algunos brillaron más que otros. Antoñín fue capaz de aprovechar su oportunidad haciendo uno de los goles de la temporada. El de La Palmilla recogió un buen robo de Roberto Fernández y ridiculizó a los defensas maños, especialmente a Lluís López, a los que dejó atrás con una zancada imparable. El atacante sumó su segundo gol del curso y puso las bases de regreso por la puerta grande tras la casi espantada que dio con José Alberto López en el banquillo. El creador de la jugada, Roberto Fernández no se queda atrás. El de Puente Genil cuajó un enorme choque partiéndose de la cara con cada balón en largo que le mandaron.
No estuvieron mal Pey y Lombán. Inseguros en algunos momentos, serenos en otros. El Málaga defendió mejor que en otras ocasiones y pasó de encajar 8 goles en dos partidos a conceder solo uno y tras un polémico penalti. Cufré fue un desastre, mientras que Paulino sí lo hizo bien en un choque muy exigente. A Natxo González casi le sale bien la revolución, pero al final se le quedó algo incompleta al sumar solo un punto que no saca al Málaga de pobre por mucho que el entrenador saliese contento de La Romareda.
La imagen ya parece otra aunque no se hayan conseguido los tres puntos. En el próximo partido veremos si realmente a cambiado algo en la mentalidad de los jugadores y en el sistema de juego del nuevo mister después de dos semanas de trabajo.