La situación deportiva del Málaga desde el pasado mes de noviembre genera dudas. No es nada nuevo. Los malos resultados y el divorcio total de la afición con José Alberto hicieron caer al entrenador. Manolo Gaspar optó por la destitución del técnico y la llegada de Natxo González. El míster tiene mucho trabajo por delante y no es cuestión de darle a un botón. Los blanquiazules acumulan 5 puntos de los últimos 24 en juego. El Málaga está con el precipicio más cerca y la permanencia es el nuevo objetivo vital de un conjunto que, aun dispone de margen, pero está solo a siete unidades por encima de los puestos de descenso.
Los datos son demoledores. Solo un triunfo en ocho jornadas. Por la mínima y ante un colista prácticamente desahuciado. Los malaguistas agudizaron los síntomas de su involución de juego ante la UD Ibiza y otra vez más vuelven a mostrar las carencias deportivas que llevaban meses lastrando a José Alberto.
La falta de contundencia defensiva es notoria. No solo en la zaga sino en la contención de la medular. El Málaga es un coladero y apenas firma recuperación. Es blando. Es el segundo equipo de la tabla que más goles encaja (38), tiene un balance de -15 y en Mirandés tampoco zanjó el debate en la portería. La baja por lesión de Dani Martín y el regreso de Dani Barrio no resolvió el problema. Si bien es cierto que el asturiano tampoco fue el máximo responsable del 3-0 en contra.
Si a esa poca seguridad defensiva se le añade el poco gol, los problemas crecen. Ante el Mirandés, otra portería rival a cero. Ocho encuentros sin ver puerta en LaLiga SmartBank y uno en Copa del Rey. Datos preocupantes para un equipo que si le cuesta horrores ver puerta, ha visto decrecido los remates a favor. Hoy en Mirandés, dos lanzamientos entre palos y seis remates.
La situación aun no es crítica, pero el Málaga está con el precipicio más cerca. Se antoja un día de locos en las oficinas de La Rosaleda. Mañana, última bala de mercado. Le toca a Manolo cerrar varias operaciones para evitar que el Málaga se desangre. No solo a Manolo, si no a los jugadores que deben recuperar un mínimo de nivel para mantener la categoría. El precipicio asoma…
