El 2022 ha sentado demasiado bien en Martiricos. Desde la primera victoria liguera a domicilio hasta un empate de memoria, compromiso y fe pasando por, de momento, dos cromos nuevos: Aleix Febas y Álvaro Vadillo. Ambos sumaron en la visita del Sporting, la que puede suponer un punto de inflexión y el subidón en el discurso de José Alberto ante los medios así lo hizo ver. Son firmes y sólidos -aunque escasos- los argumentos de la revolución del Málaga.
Lo de Ramón, mucho más que un gol
El 2-2 de Ramón fue mucho más que un gol para empatar casi sobre la bocina. La excelsa superioridad blanquiazul no se reflejó en el resultado final, pero los soldados boquerones firmaron de los mejores partidos en lo que va de temporada. Y pese a las bajas con las que se contará el sábado contra el Ibiza -Escassi y Jozabed por sanción-, la conexión del ‘6’ con Aleix Febas en la medular han plantado semillas de ilusión en el árbol de La Rosaleda.
La Rosaleda, factor capital
Precisamente, La Rosaleda tendrá que ser factor capital en la segunda vuelta. Tal es su trascendencia que hasta el propio club da un giro de tuerca para este fin de semana con ‘La gran fiesta del 22’, además de conceder el deseo del abono dinámico generando más accesos para las ocho finales que restarán en casa a partir del domingo: Almería, Cartagena, Ponferradina, Huesca, Valladolid, Eibar, Oviedo y Burgos. El templo ya fue inexpugnable hasta que llegó el Amorebieta, ¿por qué no serlo otra vez?
Llegó la primera
El gran dolor de muelas del Málaga 21/22 venía a la hora de hacer las maletas y jugar en territorio desconocido. Finalizó la primera vuelta y, desde abril, el conjunto costasoleño no conseguía los tres puntos como visitantes. Lo que era una mala racha pasó a ser un aspecto psicológico hasta que llegó la primera en Santo Domingo ante el Alcorcón, quien se ha hecho con los servicios de Iván Calero para lo que resta de campaña. Lo que se ve de anfitrión se tiene que hacer por triple partida como invitado.
Más cerca del privilegio que del castigo
Por último -aunque anecdótico a estas alturas-, la nave está más cerca del playoff que del descenso, más cerca del privilegio que del castigo. Undécima posición, a seis puntos del Girona; diez le separan del Amorebieta. Y hablando de clasificación, el Ibiza tiene las mismas 31 unidades, pero con el balance de goles positivo. Los motivos para que lo del sábado sea una «final» se acumulan al igual que los argumentos de la revolución del Málaga.
A ver si se acierta ya de una vez con el planteamiento táctico de inicio y los jugadores tienen un buen día de cara a portería contraria. Goles y no intenciones es lo que se necesita. Porque lo contrario no sirve para nada. Todo se queda en buenas intenciones..