Un tiro a puerta. El latigazo de Genaro fue la mejor ocasión de los blanquiazules en una nuevo fracaso en la Copa del Rey. Un equipo con poca productividad ofensiva desde el pitido inicial, hasta prácticamente el último cuarto de hora, cuando el equipo sí se volcaría en búsqueda del empate. Ni por esas, la acumulación de jugadores de ataque tampoco se tradujo en buenas situaciones para perforar la meta de Álvaro Fernández.
Las ausencias en el Cerro del Espino no sirven de excusa, ya que José Alberto sí tenía a su disposición a jugadores diferenciales en la zona ofensiva: Brandon, que salió al comienzo de la segunda mitad, no fue capaz de generar situaciones de gol; tampoco Sekou o Hicham. Y un Roberto que tuvo en su cabeza el empate a cinco minutos del pitido final, pero se marchó arriba. El canterano estuvo negado de cara a portería.
Hoy más que nunca se acentúa el debate de si esta plantilla necesita fichajes de mediocampo en adelante. José Alberto dejó caer hace unos días que la dirección deportiva trabaja en varias posiciones; los datos y la poca capacidad de los blanquiazules de generar ocasiones reflejan que urge, al menos, un par de efectivos que sea capaces de sumar en esa faceta.
El mazazo en Majadahonda va a dejar muchas preguntas en el aire. Hoy se ha visto a un Málaga superado, y nuevamente con poca capacidad de sobreponerse a partir del tanto de Rubén Sánchez. Adiós a la Copa del Rey con una mala imagen.
Nos ganaron en todos los aspectos del juego y más aún en motivación y entrega, no hay más q decir, aceptar la derrota y mirar para adelante.