Llull despierta del sueño al Unicaja (79-74)

El balear, con trece puntos tras el descanso, lideró la remontada de los blancos

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Unicaja y Real Madrid se ven las caras en el Carpena / ACB

Se cumplieron los pronósticos. El Unicaja se quedó sin opciones de ganar en el Wizink Center en los instantes finales, pese a la gran primera parte. Una derrota previsible y demasiado barata. Al Madrid le bastó con varios minutos de buen juego, liderado por un inmenso Sergio Llull, con trece puntos tras la reanudación. Los cajistas sucumbieron en una segunda parte, a merced de los blancos; pero el chaparrón pudo ser peor: los de Laso tuvieron una renta amplia en el último cuarto (76-60). Un buen parcial de 0-11 en los minutos finales, deja la mejor noticia del encuentro: el basket-average.

La entrada de Barreiro en el quinteto, novedad de Katsikaris en el quinteto inicial, en ese emparejamiento con Adam Hanga. El gallego anotaría el primer triple de los malagueños, pese a su discreto 17% en triples hasta ahora. Unos primeros minutos de tanteo, con ambos equipos muy acertados en los lanzamiento y un Unicaja protagonista en los primeros cinco minutos (13-13). Williams-Goss y Jaime Fernández, el duelo de bases, protagonistas y dando a sus equipos la posibilidad de correr y anotar en transición. Al madrileño siempre le ha sentado bien enfrentarse al Real Madrid. En la retina de los aficionados cajistas, aquella victoria en el Carpena ante los blancos, con prorroga incluida.

Fabien Causseur, el asesino silencioso de los madridistas, se iba hasta los ocho puntos en el primer cuarto. Carlos Suárez pondría por delante a los cajistas (15-17); un jugador que cada semana va aportando más cosas: hoy desde el principio, al igual que Rubén Guerrero. Un primer cuarto muy sólido del Unicaja y capaz de neutralizar los recursos de todo un Real Madrid (16-19). Los blancos, con una rotación algo más corta de lo habitual: la baja de última hora de Yabusele, y un Anthony Randolph que juega su segundo partido después de un año sin pisar el parqué.

Alberto Díaz, el superviviente de la última victoria del Unicaja en esta pista, anotaba el primer triple del segundo cuarto (18-22). Los malagueños, muy cómodos, no permitían anotar ni dejar correr a los locales. Bouteille ponía otra vez la máxima de seis puntos, pero los de Laso solo eran capaces de generar en estático. Heurtel, pese a la defensa pegajosa del pelirrojo cajista, equilibraba el marcador con cinco minutos por jugar (23-24). Un ritmo de anotación idóneo si los cajistas quería dan la sorpresa.

Los de Katsikaris se encomendaban a Bouteille, un jugador que llegó a sonar para el Real Madrid. El técnico madridista paraba el partido después de una canasta del francés (23-26). Los blancos, hasta ahora desconocidos, motivados por la tela de araña cajista en defensa. Rudy desatascaba los merengues con un triple, rápidamente contestado por Bouteille. Grandes minutos de Rubén Guerrero, otra vez, lo que confirma el progreso del canterano, capaz de ganarle la partida a una torre como Vincent Poirier. Otra vez lo paraba Laso tras una suspensión de Brizuela (31-35), con apenas cuarenta segundos por disputarse. Le tocaba al heleno preparar jugada para buscar la máxima antes de ir a los vestuarios. Salió bien la pizarra; Eric puso el broche a una primera parte sobresaliente del Unicaja (31-37).

La diferencia de rebote (13-24) y el poco acierto del Madrid (38% en tiros de campo) decantaban la balanza a favor de los malagueños, pese a las nueve pérdidas, una constante en el juego de los de Katsikaris. Mucho por jugar aún. El Unicaja tenía el partido donde quería después de dos cuartos.

Intercambio de canastas en la reanudación entre los dos pivots: Tavares y Eric. Sergio Llull y Randolph ponían por delante a los madridistas con dos triples (40-39). La conexión entre el menorquín y el gigante caboverdiano, obligaba a Katsikaris el parcial de 11-2 en apenas tres minutos (42-39). El Unicaja había despertado a la bestia blanca. Los de Laso, más activos en la segunda mitad. Habrá caído bronca en los vestuarios por parte del vitoriano.

Llull no había jugado en la primera parte. La carta que se había guardado Laso, en forma de as. El balear ya llevaba siete puntos en varias posesiones, respondido por Jaime y Rubén Guerrero. Tavares, con una canasta y tiro adicional, ponía la máxima de los merengues (50-45). Primera crisis de los cajistas. El ’23’ madridista metería su mandarina habitual, la mejor jugada del partido (53-47); ya estaba en dobles dígitos. Carlos Suárez desatascaba el ataque de los cajistas, después de varios minutos sin anotar (55-49). Con pequeño arreón, el Madrid ya se iba hasta los diez de ventaja gracias a Hanga (59-49).

El líder de la Liga Endesa, con un Sergio Llull imperial (13 puntos y 4/5 en triples), dejaba grogui al Unicaja (62-53). Un parcial sonrojante de 31-16: el Madrid había metido los mismos puntos en el tercer cuarto que en toda la primera mitad. Diez minutos por jugar y ya con un ojo en el basket-average: minimizar el máximo daño posible.

Los blancos seguían acertados desde lejos, pero Bouteille era capaz de contestar (68-57). Al Unicaja se le escapaba el tren de competir en el Wizink Center. Con cinco minutos por jugar, Hanga dejaba el partido sentenciado (74-60). El Madrid seguía anotando, con un Unicaja que bajaba los brazos, pero aún queda mucho por jugar: una diferencia de puntos que puede ser clave para estar en la Copa del Rey.

Bronca monumental de Katsikaris: «¡Esto es una vergüenza!», arengaba el heleno. Sus jugadores no eran capaces de frenar las acometidas del Madrid, muy coral en los últimos minutos. Con un par de minutos por jugar, los malagueños ‘solo’ caían de nueve (79-70). Podía ser peor. Laso ya tiraba de Juan Núñez y otros menso habituales. El basket-average estaba en juego. Dos tiros libres de Barreiro ponían al Unicaja, sin quererlo, a tiro (79-74). A tener en cuenta este parcial para estar en Granada (0-11). Así se quedó el marcador.

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