La derrota del Real Madrid en el Clásico (93-80) puede dejar consecuencias en el choque ante el Unicaja. El equipo de Pablo Laso llegaba a la ciudad condal con una racha de once victorias seguidas, hasta ayer. Ayer vimos a un Barça que supo desactivar a los blancos desde el salto inicial; más acertados y un Palau Blaugrana que sacó de quicio al líder de la Liga Endesa.
Un partido donde destacó Nikola Mirotic, con 37 de valoración. Dos estampas que reflejan la impotencia de un Real Madrid que vuelve a perder en partido oficial (no lo hacía desde finales de octubre): Pablo Laso, al ser preguntado en ‘Dazn’ por sus valoraciones, dejó caer con una sonrisa irónica que su equipo había sido perjudicado por los árbitros; el vitoriano se mordió la lengua, pero dejaría patente su indignación. Un típico comportamiento de entrenador que ha perdido un Clásico
Otra imagen llamativa fue la peineta que hizo Sergio Llull a la grada. El internacional se ha caracterizado siempre, entre otras cosas, por tener un comportamiento ejemplar sobre el parqué. El escolta hizo de capitán por primera vez en el Palau, después de la retirada de Felipe Reyes. Al acabar el partido, la grada enfureció contra los madridistas, y con la figura de Thomas Heurtel en particular, ex del Barça. El balear perdería los papeles.
El Real Madrid recibirá mañana al Unicaja con la derrota del Palau muy presente. Echar más sal en la herida de un equipo enrabietado, la premisa está clara. Los cajistas tienen una gran oportunidad.