El barco blanquiazul juega dos competiciones esta temporada y la idea es que esto siga, por lo menos, más allá de la primera ronda del K.O. Un trance con el que se ahoga el conjunto de Martiricos, puesto que solo lo ha superado una vez en las últimas siete temporadas y fue el año pasado con un abultado 0-4 en Galicia. Es por ello por lo que, para la visita al Peña Sport de Tafalla, el Málaga viaja a la Copa del Rey con el recuerdo del Coruxo.
Un partido cuyo reflejo será muy distinto al del último curso, ya que los cuatro goleadores de aquel día no están en la plantilla dirigida por José Alberto –Orlando Sá, Juan Cruz, Yanis Rahmani y Caye Quintana-. Y cierto es que la actuación de los de Pellicer fue muy digna muriendo de pie contra el ‘EuroGranada’ de Diego Martínez en los dieciseisavos de final tras tumbar al Oviedo en segunda ronda gracias a la diana de Pablo Chavarría en la prórroga.
Muchos capítulos inaugurales amargos
Sin embargo, no todo son «buenas» emociones. Más que conocido es el extenso historial clínico en la Costa del Sol con la Copa del Rey. Mirandés, Córdoba, Numancia, Almería, Escobedo con Víctor Sánchez del Amo al frente… Son muchos capítulos inaugurales amargos y tampoco sin olvidar algún batacazo imperial mas allá del estreno, como el del Lorca –10 de noviembre de 2004 con un 5-2 en el resultado final-.
La cuestión es que arranca un mes de ilusión en todos los sentidos para los boquerones, porque la intención es cerrar la primera vuelta del campeonato liguero de la mejor forma posible… y no volver a un ridículo como el de Burgos. Con todos los respetos al rival, el Málaga va a Navarra con el recuerdo del Coruxo y la obligación de vencer a un equipo que milita a día de hoy en la zona baja del Grupo II en la Segunda RFEF.
