Carlos Suárez no disputó minutos el pasado sábado ante San Pablo Burgos. El capitán del Unicaja no entró en la rotación, en una decisión que parece consensuada. Marcar los plazos es una consigna para que el madrileño vuelva a recuperar su mejor nivel, aún lejano después de tantos meses en el dique seco. Han sido casi nueve meses de inactividad, de un querer y no poder. «Volver a sentirme jugador de baloncesto es lo que llevaba deseando estos meses”, así de contundente se mostró el cajista hace unos días, en toda una declaración de intenciones de ser útil y ayudar a los malagueños para conseguir los objetivos de este curso.
Una de las anécdotas que llamó la atención en el triunfo ante los burgaleses fue la no presencia del ’43’. El plan salió redondo y por suerte no hizo falta recurrir al jugador de 35 años: Bouteille y Abromaitis tuvieron una sobresaliente actuación, el primero como máximo anotador, 15 puntos para el francés y 32 minutos sobre el parqué, mientras que el norteamericano estuvo muy enchufado desde el primer minuto en pista, con 11 tantos.
Se avecinan encuentros importantes por delante. El primero mañana, ante el Dijon en competición continental. El Unicaja tratará de dejar sellado su pase a la siguiente fase de la Basketball Champions League. El calendario no permite relajaciones. Veremos si esta vez sí el interior madrileño puede sumar minutos.
