Darío Brizuela cumple veintisiete años. El estandarte cajista pasará este lunes un aniversario agridulce, después de la oportunidad perdida de su equipo anoche en el Fernando Buesa Arena. En el plano particular, un escenario perfecto para la mamba vasca de completar un buen partido, en su tierra, y dar a Unicaja una victoria valiosa, en un plaza importante, y dar la puntilla a un rival directo en las aspiraciones de Copa del Rey. La narrativa era perfecta, pero no pudo ser. El club de Los Guindos vuelve a sumar una derrota en otro final de infarto.
El alero internacional aportó 11 puntos, insuficientes para un jugador con tanto talento ofensivo. Un 3/9 en tiros de campos, con 1/5 en el lanzamiento del tiro exterior, condenaron a su equipo en la segunda mitad, otra vez en momentos calientes, y donde el donostiarra se suele encontrar como pez en el agua. Solo hay que ver cómo aumenta su responsabilidad en el ataque cajista en el clutch time, hasta ahora está saliendo cruz. Porque no es el primer choque que Unicaja cae en un final apretado. Ya saldrá cara.
