Unicaja logró ante el Río Breogán una victoria de peso por muchos motivos. Los malagueños sumaron un triunfo de valor en casa ante un rival que había puesto en serios apuros a otros equipos de la zona europea de la ACB. Además llegaba al Carpena con la vitola de equipo revelación de la competición. La victoria trajo bajo el brazo el primer partido de Carlos Suárez en el Carpena después de su lesión y de haber reaparecido en Rusia en el partido contra el Nizhny Novgorod en el debut en la Champions League de la FIBA. Pero el dato más importante es que con este triunfo, el Unicaja de Katsikaris consiguió su tercer triunfo consecutivo.
El hito como tal puede saber a poco para un equipo de la historia de Unicaja. Sin embargo, el conjunto de Los Guindos no conseguía ganar tres partidos seguidos desde diciembre de 2020. Las victorias ante UCAM Murcia, en ACB y a domicilio; Nizhny Novgorod, en Rusia y en el debut europeo del equipo, se suman a la conseguida ante el cuadro gallego para firmar una racha que empieza a ilusionar algo al público cajista, que llegó a las 4.000 personas este sábado en el Carpena.
La última vez que Unicaja fue capaz de lograr esto fue entre noviembre y diciembre de 2020. En aquella ocasión, Unicaja mejoró el registro logrando hasta seis partidos consecutivos con el marcador final a favor. Fue el último coletazo positivo de la era Luis Casimiro. El entrenador manchego y los suyos vencieron al Mornar Bar, Gipuzkoa Basket, Buducnost, Movistar Estudiantes, UCAM de Murcia y Brescia. Todos ello antes de poner fin al ciclo de victorias con una derrota en el Wizink Center de Madrid ante los de Pablo Laso. Ahora, Unicaja buscará seguir prolongando una racha que en sus siguientes etapas les medirá contra Baxi Manresa (fuera) y Barça (casa) en ACB y con el choque europeo contra el Lavrio Megabolt griego en el Carpena. El Unicaja de Katsikaris consiguió su tercer triunfo consecutivo.