El delantero malaguista, Brandon Thomas, ha pasado por los micrófonos de Radio MARCA Málaga, y ha analizado el estado del equipo tras la derrota en El Toralín. Además, también ha dado algunas pinceladas sobre cómo se encuentra a nivel personal.
En primer lugar, dijo cómo está siendo la semana después de la derrota en Ponferrada. “No es la mejor semana en cuanto a resultados se refiere. No fue un buen partido y somos conscientes de ello. Partidos así también se dan, y sabemos que cometimos errores. Estamos trabajando para reponernos y tratar de hacerlo mejor y resarcirnos. Nos ha picado porque fue un partido bastante malo de todo el equipo en general. Debemos fuera de casa intentar contagiar el espíritu de los partidos de La Rosaleda. Sabemos que tenemos más potencial del que ofrecimos el otro día. Esta semana toca otra batalla”.
“Es obvio que no estaba contento, al igual que todo el equipo. No hay que ser pesimistas porque antes de Ponferrada no éramos tan buenos, ni ahora tan malos. Partidos así se dan, pero nadie quiere dar la imagen que dimos el otro día. Hay que ser conscientes de que estamos con muchas ganas y trabajando muy bien. Si nos ganan que sea porque son mejores, no por fallos de concentración. No fuimos intensos, y él no estaba contento con ello, pero al igual que el resto del equipo. En el bus de vuelta comentábamos las acciones del partido y en lo que habíamos fallado”, comentó sobre la reacción de José Alberto y el equipo tras el encuentro.
“Comentamos que en los momentos complicados es donde hay que ver el grupo. Aunque sea el principio de temporada, ahora es cuando se ve el equipo. Cuando se gana todo es bonito, pero en partidos como el otro día tenemos que apoyarnos para mejorar. Las horas de vuelta desde Ponferrada hasta Madrid fueron una muestra de la unión del grupo. Es importante para competir. Si se repiten partidos como el otro día, hay que estar preparados”, confesó sobre cómo fue la vuelta a casa desde el Bierzo.
También habló sobre esa diferencia en los números lejos de La Rosaleda. “Es cierto que queremos ganar fuera de casa. A mí me da igual fuera que dentro, quiero ganar. La realidad es que fuera estamos siendo peores. Nos falta el estar más fuertes y sólidos. Quizás el estilo del Sporting nos venga mejor que el de la Ponferradina, no se sabe. Queremos que llegue el domingo para poder demostrarlo en el campo”.
“El cómo entramos al partido fue lo peor. Sabíamos el tipo de equipo que teníamos en frente y aún así no nos salieron las cosas. Sabíamos también que dimos una imagen muy mala, y no queremos transmitir eso a la afición. Nos molestó todo, hay que mirar como conjunto y no estuvimos nada bien. No hubo ningún momento en el que nos sintiéramos superiores. Hay que evitar más partidos como este y ser más agresivos. Que tengan que sudar sangre para ganarnos”, deslizó sobre qué le molestó más del encuentro frente a la Ponferradina.
En cuanto al objetivo de la temporada, anduvo con pies de plomo. “En la plantilla sabemos cómo es la categoría. Cualquier equipo te puede ganar. La realidad es que en primer lugar hay que salvarse. La afición tiene ganas de que estemos arriba, pero hay que ser cautos porque queda muchísimo. El 4-0 fue una desilusión para todos obviamente. Ahora toca levantarse”.
En tono distendido, comentó cómo fue la jugada del segundo tanto frente al Girona, con su sprint de 50 metros. “Si te digo la verdad, no lo sé ni yo. Quería ir recto y se me iba la bola para todos lados. Yo estaba dando toques sin sentido porque estaba que me caía, y me salió el caño sin necesidad. Tenía a dos compañeros solos y ni los vi de tan cansado que estaba. Si en otra ocasión no voy tan cansado se la doy por supuesto. Estoy participando y jugando, y siempre lo doy todo. No estoy teniendo suerte de cara al gol, ojalá lleguen pronto, pero si los marcan otros me alegro igual por el equipo”.
“No me obsesiono, porque al final es peor. Obviamente tengo ganas de marcar para ayudar al equipo. Tarde o temprano llegarán los goles, y espero que sea esta semana. Es algo que va a llegar tarde o temprano», dijo sobre su falta de acierto de cara a puerta.
«En el encuentro del Girona frente al Albacete fue mi último gol, antes de lesionarme la rodilla. Sin la mentalidad positiva no habría llegado a ningún lado. No podía operarme por no poder entrar a los hospitales por el COVID, pero fui fuerte mentalmente y al final pude operarme dos meses después. Fueron momentos complicados para todo el mundo, no solo para mí. Me pusieron una fecha, me cancelaron la operación, y me acabé operando en mayo. El trato que me dieron en el Girona fue genial, igual que en Osasuna”, relató sobre la etapa más dura de su carrera deportiva.
En relación a sus etapas anteriores en otros proyectos deportivos en España, estas fueron su confesiones. “Al final, se lo que puedo aportar al equipo. Cuando estaba en otros equipos también lo sabía. Siempre he entrenado al máximo para ganarme la confianza del míster. Depende del protagonismo que te den. Fui a Leganés porque el míster me conocía, y al llegar lo destituyeron. Siempre que me han dado la oportunidad la he aprovechado. Cuando me llamaron Manolo y el míster tuve mucha ilusión y estoy reencontrando mi nivel”.
Además, comentó cómo fue su primera estancia fuera de Mallorca, en Francia. “A nivel personal fue de mucho aprendizaje. Fue el primer año fuera de Mallorca. No conocía el idioma, sin mi gente… Fue complicado, pero me adapté bien y en unos cuatro meses hablaba francés. Futbolísticamente no tuve protagonismo al principio, jugué más adelante, perdíamos y echaron al entrenador. Me rompí el isquio, y después no pude encontrar mi hueco. No fue el mejor año de mi carrera, pero de todo se aprende”.
“Siempre me he considerado un tío agradable con la gente. Todos hemos sido jóvenes y hemos tenido referentes. Creo que siempre debería ser siempre así, el darle una sonrisa a un chaval, que a lo mejor no te supone nada pero que para él significa mucho. Es algo primordial. Puedo ser más llamativo con el pelo de ‘piolín’ como me dice Kevin y con los tatuajes. No he salido de todos modos mucho por el centro”, dijo sobre la cercanía con los aficionados.
A modo de broma, trató el tema de su hermano mellizo, con el que ha tenido algunos episodios cómicos, y con el que vive en Málaga. «Tengo un hermano mellizo que vive aquí en Málaga conmigo. Ya no la liamos tanto, pero antiguamente sí que hacíamos más. Tenía muchos problemas con mi hermano, porque mi hermano salía mucho de fiesta y cuando yo no llevaba tantos tatuajes me confundían. Él dijo hace tiempo que era Brandon para hablar con una chica. Le soltó la frase para ver si colaba”.
Finalmente, Brandon terminó con una promesa a esta casa. “Mientras no sea de la hora de la siesta, hacemos Twitch. Soy de siesta todos los días, de las que te levantas y miras el calendario».