El Málaga cuajó su peor actuación en Ponferrada y hasta en las sombras siempre hay algo de luz. Los buenos minutos de Ramón en la segunda mitad, la mala suerte de Kevin con otro disparo más a la madera -quién sabe, pudo cambiar el rumbo del choque- y el regreso de Iván Calero a los terrenos de juego fueron lo único salvable en El Toralín. Sin embargo, el ’15’ también dio buenas señales por la izquierda, por lo que Antoñín es una variante extrema.
No fue un papel sublime, aunque sí que creó peligro abierto por el flanco zurdo. De hecho, el de La Palmilla hizo más en 29′ que en todo lo que lleva de curso en la delantera, donde no termina de dar con la tecla. Los números que registró hablan de 14 toques con el cuero para un 80% de acierto en el pase e incluso un centro al área que no encontró destino. Y no solo en ataque, sino que además se implicó en defensa ganando dos duelos de cinco posibles.
Pero claro, ¿qué muro le separa de la titularidad? Kevin -cuyo cambio al descanso originó dudas en el respetable blanquiazul-. El ’37’ es la agradable sorpresa del Málaga y, a día de hoy, es indiscutible en la pizarra de José Alberto. Este puede ser su punto de inflexión de cara a las próximas jornadas, donde también -por qué no- podría jugar por derecha en función de lo que dicten las contiendas. Antoñín es, tal y como se vio el domingo, una variante extrema.
