El fichaje de Genaro Rodríguez ha rematado un centro del campo al que solo le falta una pieza por sumar. Con este movimiento, Manolo Gaspar se asegura tener un sustituto de Escassi en la parcela más defensiva, pero es en otra donde el Málaga espera otra incorporación. No se trata de un fichaje, sino de Ramón Enríquez. El de Órgiva se encuentra próximo a su regreso. Sus problemas de hombro empiezan a ser un recuerdo lejano. El canterano ya ha empezado a tocar balón la semana pasada y su recuperación marcha viento en popa. Tanto es así, que se puede decir con tranquilidad que Ramón afila los cuchillos para su regreso.
Se espera que tras el partido contra el Mirandés, el futbolista criado en La Academia pueda estar con el resto de sus compañeros ejercitándose con el grupo. Sería el paso definitivo para que José Alberto López pueda empezar a tenerle en sus planes. La idea del jugador es estar disponible lo antes posible, pero lo cierto es que tendrá que hacer aunque sea una mini pretemporada que le equipare en el aspecto físico al grupo. Habrá que esperar un poco más por lo tanto para poder ver a Ramón jugando con sus compañeros.
Hay que recordar que Ramón vivió un mal trago en la recta final del curso pasado. El canterano fue operado casi un año y medio después de que comenzase el problema. El doctor encargado fue José María Silberberg, mismo médico que operó a Oblak de una lesión similar. Ramón había sufrido varias luxaciones que ocasionaron la rotura del labrum. La operación se centró en reinsertar dicho anillo de fibrocartílago en la articulación. Ahora, Ramón afila los cuchillos para su regreso al equipo. El canterano sabe que tiene competencia, pero quiere ganarse la confianza de José Alberto como lo logró con Pellicer la campaña anterior.