El pasado 11 de abril el Málaga ganaba al Albacete en La Rosaleda y dejaba casi sentenciada su permanencia en la categoría de plata. Un mes después, el equipo no ha conseguido sumar de tres después de aquel choque. Los goles de Rahmani y Caye Quintana quedan ya muy lejos y las cuatro jornadas sin ganar se han hecho notar en la clasificación. El Málaga llegó a ser octavo en aquellos días. Los de Sergio Pellicer y toda la afición blanquiazul soñó entonces con los pinchazos de Rayo Vallecano y Girona para probar fortuna con una sexta plaza que realmente nunca fue posible.
Como ya explicamos en Radio MARCA Málaga, la diferencia entre ser el décimo segundo y el octavo es un 2,05% del reparto de premios que da LaLiga en Segunda. Los de Martiricos percibiría a día de hoy un 2,50% del dinero que Tebas reparte entre los equipos mientras que el octavo puesto se sitúa en un 4,55%. Una diferencia palpable que puede ir más allá del medio millón de euros. Cuando se hicieron las cuentas, el conjunto malacitano aspiraba a ser octavo, mientras que ahora ve peligrar su 12º lugar. El Oviedo está a tres puntos y la visita al Tartiere puede significar mucho más que la permanencia matemática.
El Málaga se ha fijado el octavo puesto como cumbre para este curso 2020-2021. La realidad dice que el equipo ha estado más jornadas por debajo del décimo puesto que por encima. Quitando la primera vuelta, época en la que más se coqueteó con los playoffs, el equipo ha estado lejos del descenso pero también de la zona noble. El Málaga se ha hecho un experto en la zona intermedia. Una tierra de nadie que ahora amenaza con afear la recta final del curso. Ante el Oviedo, se juega no seguir bajando posiciones.
