El Málaga y el Mallorca viven las horas de la previa del partido con una mezcla de ilusión y nerviosismo. Están a nada, a un pasito, o incluso medio, de conseguir su objetivo de la temporada. Ninguno lo podrá celebrar matemáticamente en La Rosaleda. Pero será un hecho de manera virtual. Si ganan, claro. Y los dos no pueden hacerlo a la vez.
En el cuadro local, tras dos derrotas consecutivas, urge vencer. Primero, para quitarse ese respeto que infunde una clasificación que se ha estrechado con los de abajo. Aún son 9 puntos de distancia con el descenso, los mismos que con los playoffs, pero puede más el pesimismo y el realismo en ese sentido. De ahí que se persiga el triunfo de la tranquilidad.
Enfrente, un conjunto el balear que tocaría ya con las dos manos el regreso a Primera. Un ascenso merecido porque es el único capaz de aguantar el ritmo endiablado del Espanyol. Viene con su capitán, un malagueño como Manolo Reina, dispuesto a disfrutar del ascenso. Como su suplente, el antequerano Koke Vegas.
Para el choque, Pellicer recupera a Luis Muñoz, pero ha perdido a Ramón Enríquez. De la condición física de algunos jugadores dependerá el dibujo táctico que utilice. Su deseo, volver al 1-4-1-4-1 que no ha podido utilizar en los dos últimos partidos. Resultado, sendas derrotas. Algo tendrá que ver.
Y para ver, con estos datos de la previa entre el Málaga y el Mallorca, habrá que esperar a las 21 horas en La Rosaleda en esta jornada 38 de Liga.