Más allá de que el RCD Espanyol esté a años luz, futbolísticamente hablando, del actual Málaga CF, la imagen de impotencia y dejarse ir de los costasoleños fue evidente.
Tres jornadas seguidas sin ganar desde que se consiguió la permanencia virtual matemática y en cada encuentro la sensación de que, por unas u otras causas, el conjunto de Pellicer no es el mismo que hace poco más de tres semana.
Cierto es que, el arbitraje volvió a perjudicar a los costasoleños, al no señalar un posible penalti a favor y dar validez a un gol españolista con falta previa por mano.
Sin embargo en modo alguno fue determinante ya que los malacitanos estuvieron siempre por debajo en su apuesta sobre el terreno de juego frente a los catalanes.
Pues en el vestuario de Martiricos harían bien en hacer lo posible por sumar el punto que falta para cerrar la permanencia matemática no vaya a ser que se tenga un disgusto inesperado a ultima hora.
Los resultados sorpresa se repiten temporada tras temporada en la categoría cuando se acercan las jornadas finales y el Málaga CF no es inmune a ello.
La sensación de que, mentalmente el vestuario ya está de vacaciones es preocupante, sobre todo porque no hay partidos amistosos cuando se defiende la camiseta blanquiazul y el escudo que se lleva en el pecho.
Máxime cuando se ha tenido la oportunidad de alcanzar la sexta plaza por los reiterados fallos del Sporting de Gijón y el Rayo Vallecano.
Temporada brillante por el objetivo casi conseguido en medio de infinidad de dificultades pero un tanto decepcionante por cómo se está terminando el campeonato liguero.
¡Ojito!, porque falta ese dichoso punto que igual no es necesario pero que convendría sumar más pronto que tarde para evitar sustos y carambolas de última hora.
El fútbol no tiene memoria pero sí presente y hay que intentar que parezca lo más profesional posible en todo momento.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ėsto último.
