Volvió Sergio Pellicer a mover el árbol, a modificar su dibujo táctico y aunque frenó en defensa al Espanyol, el mejor equipo de la categoría, no pudo impedir la derrota por un abultado 3-0. Ya la semana anterior cambió su 4-1-4-1 que tan buenos resultados le ha dado por un 4-4-2 que fracasó.
En el RCDE Stadium volvió a probar con tres centrales y dos carrileros, pero la fórmula tampoco funcionó. Al menos, en cuanto al marcador final se refiere. Sí que es cierto que RDT y Dimata no crearon tanto peligro como en otros encuentros, que el medio campo tardó en hacerse con la posesión y que las bandas no fueron tan dominadoras como de costumbre.
Y entonces, ¿qué pasó? Pues que la pólvora del Espanyol es tremenda. Donde otros no llegan, sí lo hace el líder y futuro equipo de Primera. No le hizo falta apenas nada para fabricar el primer tanto. Ni con tres centrales se sujetó a Puado ni tampoco se cubrió a De Tomás. Y encima falló Dani Barrio, que no lo suele hacer.
El segundo llegó a balón parado por una defensa zonal que pierde fuerza partido a partido. Dejar solo por costumbre a un futbolista en movimiento hacia el primer palo no es de recibo.
Y en el tercero, tampoco la defensa funcionó con contundencia. De izquierda a derecha basculó la jugada hasta que llegó el centro final a RDT. Mientras este se jugó la cabeza para marcar, Alexander la agachó para protegerse del ¿balón?
Está claro que no le funcionó a Pellicer aquello de mover el árbol ni el cambio de sistema.